She wasn't my soulmate - {Lauren Jauregui y tú}

Capítulo 5

Narrador Omnisciente:

– ¡____! ¡Por favor! ¡Espera! – gritó.

– ¿Qué quieres ahora? – preguntó fastidiada la menor mientras se giraba para quedar frente a la ojiverde.

– Yo sólo quiero que me escuches, quiero que me dejes explicarte todo – admitió nerviosa la pelinegra.

– ¿Explicar qué Lauren?, ¿vienes a explicarme cómo fue que te enamoraste del estúpido de Brad mientras estábamos juntas? ¿o vienes a contarme cómo te diste cuenta que él era mucho mejor que yo? – soltó con dolor.

– Por dios, ¡no! – dijo frustrada – yo nunca te haría eso y sé que es inexplicable e irrefutable todo lo que te hice pero...Yo sólo quiero que sepas la verdad.

– ¿Sabes lo que es inexplicable? Inexplicable es lo doloroso que es ver a esa persona, por la cual apostarías todo lo que tienes, romper su promesa. ¿Sabes lo que eso se siente?, no ¿verdad? – cuestionó mirándola fijamente – para la próxima vez, mejor evita promesas que jamás vas a cumplir – le propuso girándose para retomar su camino.

– No he roto nuestra promesa, yo... yo sigo amándote – confesó Lauren en un susurro. Se sentía bien para ella admitirlo en voz alta después de tanto tiempo, aunque sabía que probablemente no era el mejor momento para decirlo.

– ¿Puedes, por favor, dejar de jugar con mi corazón? – dijo, o más bien ordenó un tanto perturbada y triste.

– No estoy jugando cariño, es la verdad – aclaró la ojiverde colocándose frente a ella una vez más, acariciándole la mejilla.

– No me digas así – soltó furiosa ____ mientras quitaba la mano de la chica de su mejilla – ¿a caso pensaste que podías venir así de la nada después de todos estos años, decir que me sigues amando y que todo va a seguir igual entre nosotras? – le preguntó ya al borde de las lágrimas – te equivocaste Jauregui, y mucho

– Por favor ____, dame la oportunidad de arreglar esto – insistió Lauren – prometo no volver a hacerte daño, y esta sí que no pretendo romperla, nunca– dijo con toda sinceridad.

– Ya he perdido la cuenta de las promesas que rompiste.

– Prometo no volver a romper otra promesa

– No es necesario que me prometas nada. Ahórrate el romper esa promesa también – finalizó la chilena para luego continuar su camino por el pasillo, dejando a una triste y furiosa Lauren allí.

– ¡Lauren! – gritó la pequeña por enésima vez.

– ¿Ah? – dijo aturdida la ojiverde.

– Tierra llamando a Laurenzaaa – soltó con gracia la polinesia. Ally y Normani estaban riendo junto a la chica, mientras que Camila se terminaba de arreglar a causa de su retraso en llegar al camerino.

– ¿Qué? – preguntó Lauren sin entender qué estaba sucediendo.

– Ally te estaba hablando culo blanco – volvió a hablar Dinah mientras las demás reían y Lauren la miraba confundida – ¡diablos! Creo que la droga te tiene realmente mal

– ¡DINAH! ¡no molestes a la pobre Lauren! – regañó la mayor del grupo mientras Dinah, Normani y ahora Camila, seguían riendo.

– Cuando Laurenza deje la droga – siguió molestando la rubia.

– ¡DINAH JANE! – volvió a regañar la bajita.

– ¡Está bien! La dejaré tranquila – se rindió – por ahora – agregó en un susurro.