♡Bublinne♡

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Antes de empezar quiero decir que estoy realmente feliz de que por fin está pareja sea cannon, desde que salió en emisión está serie a sido una de mis favoritas.

Lastimosamente la serie ya está por acabar, pero por lo menos me dejo con la alegría de saber que mi shipp se convirtió en cannon, así que sin más les quiero dejar otra corta historia de esta hermosa pareja.

oOo

Tik...

Tik.

Abrió los ojos.

Tik...

Al reconocer aquel sonido, se apresuró a bajar de su cama. Con pasos lentos, inseguros, fue hasta la ventana.

Tik.

-Te escuché las primeras dos veces-. Dijo. Trató de que su voz no sonara nerviosa, sentía cosquillas en el estómago y eso la estaba molestando.

-Entonces eres muy lenta-. Le respondió una voz susurrante desde afuera, desde la oscuridad.

Se sintió tonta. Ella la hacía sentir así, siempre debil, insegura, confundida. Eso la molestaba.

-Las piedras rompen ventanas ¿Lo sabías? Además, pudiste simplemente volar hasta aquí y...-

-¿Y abrir la ventana y meterme a tu cuarto, para que luego despertaras e hicieras un escándalo y me dieras un sermón sobre la privacidad que despertara a todo el reino? No, gracias, yo paso-. La interrumpió, entre arrogante y divertida.

Sin previo aviso, una sombra se fue elevando poco a poco, dejando ver luego de unos segundos la increíle figura de una chica de larga cabellera negra. Ella se ofendió por la interrupción, pero no dijo nada. Después de todo, Marceline tenía razón, esa hubiera sido su reacción.

Cruzó los brazos sobre su pecho y apartó la mirada. No le gustaba sentir su corazón latiendo más rápido de lo normal, y la imagen de Marceline, en contraste con la luz de la luna, no hacía más que empeorar la situación.

-¿Que haces aquí? Nos vimos hace dos días y creo que dejamos las cosas muy en claro.- Le dijo, aún sin mirarla.

Sin siquiera notarlo, con solo decir esa frase su postura cambió. Ahora, en vez de tener los brazos cruzados sobre su pecho, se abrazaba a sí misma.

Hace varios meses que las cosas con Marceline habían cambiado mucho, ya no era solo una amistad cordial, había algo más. Era un sentimiento de deseo, de anhelo.

Empezó una vez que se quedaron solas, algo pasó, y acabaron besándose como si no hubiera un mañana. Desde ese entonces, tenían breves reuniones secretas y aprovechaban cada momento en soledad, procurando que nadie nunca se enterara.

Y entonces, un día, algo cambió. Se reunieron en aquel lugar acordado a una hora acordada, se miraron y luego... Hablaron. Una de las cosas más emocionantes que jamás imaginó, era mantener una conversación con Marceline. Descubrieron cosas en común y se contaron otras cuantas. Con el paso del tiempo, sus reuniones consistían en hablar y pelear. Peleas que Marceline siempre arreglaba con besos robados.

A partir de ahí, no supo que hacer. Empezó a sentir cosas cuando Marceline la miraba. Empezó también a buscar más profundidad en los besos que se daban. Le gustaba mirarla, tocarla, le gustaba su cabello y sus ojos rojos. Empezó a gustarle Marceline, empezó a gustarle mucho.

Entonces, hace dos días, decidió terminar lo que sea que tenían.

Le aterraba mucho el poder que Marceline tenía sobre ella. Le aterraba también la opinión de los demás. Finn, por ejemplo... ¿Acaso él dejaría de ser su amigo? ¿Dejaría de proteger el reino? ¿Que diría su pueblo si se enteraran? ¿Y los vampiros?

Marceline x Dulce princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora