Día 42

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Ya hace un mes desde que me quede solo, realmente aun me siento triste por lo que paso, aun me cuesta mucho conciliar el sueño por las noches, pero tengo que seguir adelante, ese es el motivo por el que fui a pedir trabajo después de todo.

Cuando salí de mi hogar, en la puerta me encontré con Katz vistiendo un traje negro y llevando en su mano derecha un gran ramo de claveles y calas. No entendía esa vestimenta, pero en el fondo, puedo decir que le quedaba bastante bien.

Por la sorpresa de verlo aquí, no pude decir nada hasta que él dijo –Hoy hace un mes desde que esos viejos murieron ¿No? Y por lo que se todavía no has ido a verlos –Con arrogancia- ¿No es así?- Él tenía razón, por miedo, todavía no he ido a visitar a Eustaquio ni a Muriel.

No me atrevia a decir nada a sus palabras, realmente a darme cuenta de eso estaba empezando a sentirme culpable hasta que, Katz, sin arrogancia, sino con amabilidad, dijo -Oye... No he venido a molestar, solamente a decirte que hoy tienes el día libre ¿Ok? Para que de una vez los visites ¿No crees que se sentirán sus almas tristes si no vas a verles aunque sea una vez? Si quieres, como agradecimiento por las comidas que preparaste ayer más tu buen trabajo estos dos días, puedo ir contigo, que para algo traje el ramo para que se lo dejes. (Si claro 7w7)

Con estas palabras dichas, mi mirada empezó a dirigirse hacia la de él mientras sonreía. Me hacía feliz que dijese esas palabras con esa amabilidad, además de que tenía razón, todavía no había ido a verlos a su lugar de descanso, seguramente sus almas, sobre todo la de Muriel, me echan de alguna manera de menos.

Yo solo me designe a darle las gracias a Katz por ofrecerse a acompañarme y por el ramo, a lo que me contesto a mi parecer algo avergonzado –Vale, vale, no tienes por qué dar las gracias, después de todo seguramente hoy no hubieras estado atento hacia tu trabajo por esto, ahora sube al coche, es hora de irnos -Para cuando ambos nos subimos al auto, Katz como piloto y yo como copiloto, emprendimos el viaje hacia ese lugar de descanso al cual llamaban "cementerio".

Mientras íbamos de camino a ese lugar, pude fijarme en otro ramo el cual además de tener claveles y calas, también tenía dos rosas en el medio, una de color rojo carmesí y la otra blanca como la nieve. No sabía si preguntar o callar, pero antes de decidir una opción, Katz ya se había fijado en mi curiosidad –Ese ramo... es... para mis padres. Yo también llevo un tiempo sin visitarlos, así que ya que vamos a ver a tu familia, de paso iré a ver la mía.

-¿P-Puedo ir contigo?- No sé por qué hice esa pregunta, pero tras esta Katz paro el coche y empezó a mirarme sorprendido, para luego hacer una sonrisa falsa –Ja, ja, ja... Si es por pena por favor de- interrumpiéndole conteste -¡N-no es p-por pena! Yo... también quiero estar p-para ese momento c-como vas a hacer t-tu conmigo- No sabía la gravedad del significado de mis palabras en esos momentos, pero me daba igual, algo dentro de mí me decía que no le dejase solo.

Con estas palabras dichas, Katz empezó a mirar hacia el suelo del auto, para más tarde lanzarse sobre mí dándome un abrazo. No estaba llorando, pero sí que me abrazaba fuertemente sin soltarme y me daba la sensación de un niño que hacía tiempo que le faltaba algo de cariño.

Pasamos así un buen tiempo, hasta que apareció un tipo con un coche rojo, diciendo e interrumpiendo el momento –¡Apartaos del medio, sucios maricones de mierda!- Con esto dicho, el tipo nos adelantó, pero no os creáis que se fue de rositas. Katz en el momento que vio cómo se nos ponía por delante, pulso un botón de color rojo, el cual lanzo un misil que fue directo hacia el auto de aquel hombre.

El misil hizo que además de que el auto explotara y quedase irreconocible, hizo que el conductor se fuera volando a quien sabe dónde, mientras gritaba -¡Malditos americanos!- Lo cual hizo sonreír a Katz –Bueno, ya que nos libramos de un insecto insoportable ¿Por qué no nos vamos ya?- A lo que asentí y proseguimos con nuestro camino.

No quiero desaparecer... (KatzxCoraje/Agallas)Where stories live. Discover now