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El fin de semana pasó sin que pudiera encontrar una forma de responder al mensaje de YooJung. El sábado por la tarde regresó NamJoon de su paseo y se encerró en su cuarto hasta que llegó la hora de comer. Yo no quise acompañarlo porque el cigarro me quitó el apetito. El domingo estuvimos haciendo tarea para clases y el lunes en la mañana fue catastrófico porque mi alarma no sonó y tuve que correr treinta minutos para llegar a clase. Llegué tarde, pero al menos ya estaba en la escuela.

NamJoon se había ido mucho antes porque yo no tomaba inglés avanzado. Quizá hubiera podido inscribirme, porque entiendo bastante, pero no iba a desperdiciar dos horas de sueño por un número limitado de créditos extra. Yo estaba bien haciendo lo mínimo en la escuela. La preparatoria no me iba a llevar a donde quería, y estaba bien. Ya me había acostumbrado a la idea.

Entré al salón de clases mucho antes de que sonara la campana que marcaba el inicio. Estaba solo en el salón con la música de los audífonos al tope. Nuevas melodías se iban formando en mi mente mientras Epik High sonaba en el fondo. Cuando me concentraba en la música no había nada más que sacara las notas y los patrones dentro de la cabeza.

Sentí que los cabellos de la nuca se me iban erizando. Solo pasaba eso cuando la gente me observaba fijamente. Una palabra se puso frente a mi: demonios. Definitivamente me había perdido en la música y la clase había empezado sin que me diera cuenta. En cuanto me quité los audífonos pude escuchar la voz del profesor.

— ¿Está presente, joven Min? ¿O necesita salir un momento?

— Lo lamento, profesor.

Iba a responder algo, pero se vio interrumpido por la aparición de una persona en la puerta de entrada. YooJung estaba ahí, con la cabeza ligeramente empapada y la vista cansada. Era tarde, a todos nos sorprendió que estuviera tan dispuesto a solicitar entrar al salón. El profesor no era de los que solapan la impuntualidad.

— No puede pasar, váyase Woo.

— Menuda mierda— murmuró ganándose la mirada asesina del profesor. El hombre tenía la cara completamente enrojecida de furia. YooJung dio media vuelta y se fue por el pasillo. Lo seguí con la mirada sin querer.

— Si Woo YooJung le parece más interesante que mi clase también puede retirarse, joven Min—. Intenté protestar, pero no funcionó, el profesor solamente siguió indicando que me fuera del salón.

— No debiste hablarle así al profesor— le digo alcanzándolo. Cuando llegué a su lado pude ver que tenía ojeras profundas. Hoy no parecía el chico guapo y encantador que todo el mundo pensaba que era.

— Me importa una mierda YoonGi, literalmente solo vine a clase para despejarme de todo lo que está pasando y...

— ¿Qué está pasando?— no quería sonar desesperado por saber, pero YooJung parecía al borde de un precipicio.

— Yo... No importa. No quiero hablar de eso— siguió su camino hasta llegar fuera de la escuela.

— ¿A dónde irás, enano?

— Lejos, se me han quitado las ganas de entrar a clases— sacó las llaves del auto de su mochila y lo seguí.

— Te acompañaré, no quiero que vayas a chocar. Tienes pinta de no haber dormido en semanas.

Tomboy |MYG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora