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Me desperté con el sol en la cara. El cuerpo me dolía y la cabeza me repiqueteaba como si me hubiera golpeado con un martillo. La cabeza sólo me dolía cuando combinaba diferentes alcoholes. Eso era justo lo que había sucedido ayer por la noche después de que arrastré a YooJung a la barra con tal de que dejará a NamJoon y a su hermana. NamJoon es un buen chico, y no había razón alguna por la que Yoojung comenzara a actuar como un tipo celoso, pero algo pasaba por su mente y no estaba seguro de lo que era. Tampoco tenía certeza si en realidad me importaba.

Después de un rato deambulando entre mis pensamientos decidí prestar atención al espacio en el que me encontraba. Las almohadas no olían a menta y cigarro como las mías, el colchón tampoco se sentía tan blando como el mío ni me llegaba el aroma a café que solía apoderarse del departamento por la mañana. Había una cafetería a media cuadra y llenaba de vida la calle justo cuando salía el sol.

Abrí los ojos después de un momento y me sorprendió ver el color azul en las paredes. Antes había caído dormido en las casas de los chicos. Nunca había representado un problema. Hoseok se despertaba con música demasiado ruidosa, NamJoon siempre tiraba alguna cosa y Taehyung siempre salía a jugar con su perro. La pequeña bola de pelo ladraba como si no hubiera un mañana.

Centré la vista en una fotografía de una chica con los brazos rodeando a un chico casi de su tamaño. Me tomó un par de minutos darme cuenta que era YooJung con alguien más. Sonreía de una forma que nunca había visto antes en ella y que no pensaba posible. Su expresión seria era casi una marca registrada, y esa chispa que llevaba en los ojos mientras sonreía en la fotografía ya no estaba.

Quizá la chica era su ex novia. Quité mi atención del cuadro y la dirigí a la puerta. Aún no me quedaba del todo claro cómo llegué ahí. Las sábanas de YooJung olían a pino y frutas. Una combinación extraña y contradictoria, justo como el.

Volví a dejar caer la cabeza sobre la almohada cuando se abrió la puerta de forma silenciosa. La pequeña cabeza de YooJung se asomó en mi dirección.

— Tus amigos están despertando, pueden quedarse a desayunar— no esperó a que respondiera nada y salió de la habitación. Saqué el cuerpo de la cama con mucho esfuerzo y caminé hasta el baño. Mis ojeras delataban lo tarde que habíamos llegado anoche.

Caminé por el pasillo hasta encontrarme de frente con cinco cuerpos amontonados en los sofás. Jungkook tenía la boca abierta, seguía dormido.

— Ey— saludó NamJoon desde la sala. Se veía ¿Feliz?. Era lo que parecía.

— ¿Qué estamos haciendo aquí?— pregunté.

— Se hizo tarde y vivían cerca. SeokJin condujo hasta acá— por alguna razón me pareció una respuesta incompleta, aunque no estaba seguro de que más podría agregar que fuera relevante.

— ¿Vamos a desayunar aquí?— mi amigo se encogió de hombros como restándole importancia. Pero lo era. NamJoon no había pasado la noche con nadie desde Solhyung. La chica había formalizado una relación con él solo para que la ayudara con su clase de filosofía. En cuanto su calificación fue aprobatoria le envió un mensaje de texto diciendo que no quería volver a verlo porque era abominable.

Nunca entendí porque había decidido ser cruel. NamJoon perdió mucha confianza después de eso y dejó de confiar en las relaciones. ¿Qué otra reacción hubiera podido tener?

— Sé que puedes preocuparte, pero estoy bien.

— Si va a ser algo de una noche, por favor no te hagas ilusiones infundadas.

— Gracias por preocuparte— la gemela se asomó desde la cocina y me saludó moviendo el brazo efusivamente.

— Buenos días, Min YoonGi.

Tomboy |MYG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora