Capitulo 3

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Link se encontraba sentado en la gran mesa Smash, todos se encontraban sentados, pero el rubio buscaba a alguien en especial, y parecía no encontrarlo más. 
—Ike . . . Ike. . . ¿Dónde estás?— Preguntó, aún faltaba una hora para empezar la fiesta, Meta Knight y Wario eran los encargados de la carne, por lo que era obvio que Ike no estaría allí.

Se puso de pie, había creido que estaría en la mesa pero no estaba allí, por lo que imagenes de Ike junto a Zelda aparecieron en su cabeza, logrando lastimar al frágil corazón del rubio. — No no no no no, ¡Eso no está pasando! — Susurró, mientras comenzaba a aumentar su velocidad, esperando encontrar al mercenario, pero no aparecía y eso. . . Trajó más imagenes a la mente de Link.

La puerta sonó con fuerza, y el rubio sorpresivo se volteó para ver quien era los que entraron. —¡Ike!— Gritó en un tono muy alegre, pero esa felicidad volvió a romperse cuando vio que Zelda estaba a lado de él, con rosas en sus manos ¿Acaso él. . . — Ike. . . — Susurró, imaginando las peores imágenes. 

—¿Hn? ¡Hey ternurita!— Añadió Ike mientras saludaba con su mano, escondiendo una de ellas en su bolsillo.— Llegué muy tarde ¿verdad?— Preguntó, mientras se acercaba a él junto a Zelda.—Hey, te estoy hablando ternurita. 

Link despertó en sí, mirando al mayor a los ojos. —A-ah sí, bueno no creí que sería de importancia. . . Comprendo que tengas me-— Su voz empezó a temblar de repente y solo negó con la cabeza. —Lo siento, iré a mi habitación un momento. — Dijo justo antes de empezar a subir las escaleras en un trote.

Ike de inmediato supo que Link no estaba bien, no, no lo estaba. —Fue lindo acompañarte Zel, nos vemos.— El mercenario le levantó el pulgar a la princesa, y comenzó a subir las escaleras detrás de Link, aumentando sus pasos. 

El elfo estaba sentado en su cama, sus ojos se apoyaban con fuerza contra la tela de corazones que había hecho de manera involuntaria, sus hombros se levantaban un par de veces, demostrando el llanto que estaba procesando. 
Pero trató de detenerse cuando se escuchó la puerta de su cuarto cerrarse. 
—Marth no es un buen momento.— Unos fuertes brazos le rodearon los brazos, y el solo se asustó un poco. —. . . —

—Perdón Link— Añadió Ike, mientras dejaba reposar su barbilla sobre la cabeza del rubio. —Me estaban obligando a quedarme allí, no fue por mi propia voluntad. —Añadió, mientras volteaba al rubio para tenerlo de frente. —Sé que estuve mal, dejé todo mi trabajo a tus manos pero. . . Te lo voy a recompensar. ¿Sí? Te lo agradezco, no creo que alguien se haya preocupado tanto por mí, pero después recuerdo lo mucho que yo lo hago contigo, y pienso "Supongo que es normal" —Le revolvió un poco los cabellos, percatándose que esas lagrimas se transformaron en un pequeño rubor. — Hey. . . ¿Estás. . . Sonrojado? — 

"Acaso no pudo pensar en que tengo fiebre?"— Pensó un poco molesto el rubio, alarmandose. —Tengo fiebre.— 

Ike rió divertido, mientras le soltaba para poder sostenerle la mejilla. —¡Uy si claro! ¡Tengo fiebre justo ahora que me dices algo lindo Ike!— Añadió sarcásticamente, poniendose firme. —Nunca te dijeron algo así ¿Verdad?— Preguntó curioso, mientras el elfo trataba de esconderse aún más. — Bueno, si no quieres hablar de eso no hablemos— Finalmente soltó a Link y suspiró— ¿Puedo ver mi traje?

El rubio se inclinó un poco, y tomando el ropaje que estaba en la cama se lo lanzó, pero Ike lo recibió en sus manos. —Espero que te guste.— 

El mercenario extendió el traje, y rió un poco divertido. — ¿Por qué debo ser el viejo amargado que no cree en la navidad? — Añadió, reconocía bien que el del pijama se trataba de aquél papel. — Aww y a mi pijama le pusiste pollitos, que lindo.— Comentó de manera seca, como si en verdad no lo sintiera. —De seguro Pit es el niño que me convence.— Link negó con la mirada, y Ike arqueó una ceja. —¿Tú? 

Mi regalo de NavidadWhere stories live. Discover now