Lágrimas de un recuerdo.

P A R T E 3 (FINAL)

Llené un vaso con agua y tomé el frasco en mis manos. Me miré en el espejo por última vez y caminé hacia la habitación.

Al llegar a la cama me senté en ella y miré a Karin detenidamente. En verdad estaba muy agradecida con ella, por que siempre me ayudo a salir adelante sin importar qué, estuvo en uno de los momentos más difíciles para mí .. cuando mi padre murió en aquel accidente automovilístico.

Me recargue en la cabecera y dejé todo en la mesita de noche.

Recordé ese día que fue el mejor y el peor de toda mi vida. Muchos se preguntarán: ¿Cómo es eso posible? Pues a mi pasó y lo creo. Amar y odiar un mismo día es posible.

///Recuerdo///

– ¿Estás seguro de esto? Si te llegas a sentir mal yo no voy a saber que hacer y..– puso una de sus manos en mi boca y sonrió.

– Vamos Sakura, estaré bien. No te preocupes– suspiré y continúe empujando su silla de ruedas.

Era de noche, las 11:50 pm para ser exactos, y a Sasuke se le había ocurrido la maravillosa idea de subir a la azotea para admirar las estrellas juntos. Y justo cuando quiere nevar.

Su salud no había mejorado nada. El padecía de Leucemia, nos habían dicho que si conseguían algún donador sus esperanzas de vida aumentarían, pero las mismas se fueron al caño al no encontrar a nadie. Y lamentablemente Sasuke y yo no éramos compatibles. Nos dijeron que ya no le quedaba mucho tiempo, en cualquier momento podía empeorar y hasta ahí llegaba él, a lo mucho creían que un mes.

Desde que nos dijeron eso, yo no hacía más que llorar y acurrucarme en los brazos de Sasuke, y hace unos días me propuse dejar de hacerlo pues que Sasuke me viera en este estado sólo iba a hacer que se sintiera peor de lo que ya estaba. Así que me propuse hacer de sus.. (aún me cuesta decirlo) últimos días los mejores.

Escuché el elevador abrirse y empuje la silla de ruedas fuera de el. Caminé lentamente y sin ninguna prisa. Abrí la puerta de la azotea y salimos los dos.

No podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Era el mejor paisaje que jamás haya visto. El cielo estaba coloreado de un azul rey brillante y repleto de estrellas. Sonreí, y me maldije por no llevar una cámara conmigo.

– ¿Te gusta, Sakura?– me coloqué frente a él y asentí con la cabeza mientras seguía admirando las estrellas–. Ví en la televisión que hoy sería una linda noche para admirar las estrellas, y no había nada mejor que verlas contigo– lo miré a los ojos y le sonreí. Jamás pensé que haría algo así por mi.

– Gracias, Sasuke..– me acerqué a él y me arrodille frente a su silla de ruedas.

– A parte hoy es una noche muy especial para nosotros– lo miré con duda, pues hoy no era nuestro aniversario, ni su cumpleaños o el mío.

– ¿Eh? ¿Por qué?

– Me apena hacer esto así, puesto que yo debería estar arrodillado, no tú– sonrió nervioso mientras sacaba algo de su bolsillo, más a mi parecer una pequeña caja de terciopelo rojo. Al darme cuenta de lo que trataba de hacer enmudeci, coloqué una mano sobre mi boca y lágrimas de felicidad se asomaron por mis ojos–. Esto.. tenía planeado decírtelo antes, pero.. después pasaron tantas cosas que ya no hallaba cuando hacerlo.. y no hay nada mejor que una bonita noche estrellada y solos, tú y yo..– puso la cajita frente a mi y la abrió lentamente hasta que un destello se asomó–. Sakura.. ¿Me harías el honor de ser mi esposa?– no sabía como reaccionar, quería abrazarlo y besarlo, pero mi cuerpo no respondía.