Estoy aquí

11

Tal vez Mike había perdido la costumbre de ir a fiestas, por ello no recordaba el penetrante olor del alcohol y cigarro combinados dentro de una casa a punto de explotar por la música.

No era el mejor lugar para una fiesta. La casa era un asco cuando llegaron las chicas y Mike, pero sin duda alguna era de ese tipo de fiestas de las que ya no importa lo que pase, sino, llegar hasta el final.

Cassie y sus amigas estaban bailando, Mike se separó un poco de ellas. No le importó sentirse un poco agobiado no estando tan cerca de Cassie, no toleraba ver a la demás gente pasar por encima de él sin que nadie le notara.

Se apoyó en una pared, viendo desde lejos a chicos y chicas fumando, pasándolo bien, dando buenos besos. Era lo normal, hasta que llegó él.

Un chico de mediana estatura con un poco de acné en las mejillas. Mike lo reconoció.
Trevor, su mejor amigo.

Mike lo analizó por completo: estaba más delgado, tomando de la mano a una chica.
Quiso seguirlo pero sabía que se perdería de nuevo en gritos. Eso no era para nada bueno.

Cuando volvió a ver a la pista de baile sólo estaban Melisa y Anna. Era imposible que Mike la perdiera de vista, claro, no debía estar lejos, pero aún así...

"Cassie, ¿Dónde estás?" Le preguntó Mike.

"Con Connor." Le dijo en un susurro, como si fuera malo que le estuviera habalando.

"¿Dónde estás?"

"Seguramente ésta es la única fiesta de verdad a la que he asisitido en toda mi vida. No te entrometas."

Mike maldijo antes de zambullirse entre los pasillos de gente para buscar a Cassie.
Muchos se besaban, otros disfrutaban el viaje... pero ninguno de ellos era Cassie.

Mike vio a la distancia como Cassie (guiada por Connor) subía por las escaleras al segundo piso de la casa. Todas las alarmas dentro de la cabeza de Mike sonaron sin cesar y corrió a ella lo mejor que pudo.

Corrió hasta llegar a la habitación sin ser notados por ambos. Aunque era obvio que ellos no podrían ver a Mike.

—Linda habitación. —Declaró Cassie.

—No se compara contigo.

Connor caminó a Cassie y le plantó un beso. Mike no hacía más que apretar los puños y la mandíbula.

Cassie estaba nerviosa, le siguió el juego, después de todo era su primer beso. Connor era inteligente, atractivo y muy popular.
Lo que cualquier chica quisiera para Navidad.
Pero Connor también tenía una mentalidad diferente sobre el amor y planeaba pasarse de listo.

Tomó de la cintura a Cassie y la condujo hasta su cama, Connor la dominaba y Cassie no se imaginaba lo que estaba por pasar.

El beso se fue intencificado y sus manos recorrieron el vestido hasta llegar al tope, donde sus piernas sobresalían.

—Connor... —Dijo Cassie sin aliento. Connor paró para verla sin importar la oscuridad.

—Tranquila, que tú y yo vamos a estar bien. —Dijo él antes de ahogarla con otro beso.