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—Es aquí.

"Lo sé." Confesó Mike. "Ya puedo... recordar."

Estaban frente a la puerta de una casa que era de Trevor. Cassie sabía que sus amigas no fallarían, así que debía de ser la dirección auténtica de su casa.

Cassie tocó el timbre.
Esperó, esperó y esperó.

Un chico abrió la puerta y Cassie estaba por reír. Era pelirrojo y tenía un mal intento de barba varonil.

—¿Puedo ayudarte en algo?

—Eres Trevor.

—¿Cómo sabes mi nombre?

Cassie no sabía que responder. Tenía miedo y le temblaban las piernas del dolor.

"No le digas la verdad." Confesó Mike.

—Soy una amiga lejana de Mike... y yo... no puedo encontrarlo.

Sus ojos hicieron algo sorprendente: se apagaron. No había brillo o misterio por Cassie, sólo era un frío horrible que no dejaba de darle a Mike un ataque.

Lo único que sabía era que había muerto, su mejor amigo era Trevor y junto a Cassie, era el único lugar donde no se sentía perdido en el mar.

—Entra, hay mucho que hablar.

Cassie caminó hasta sentarse en el sofá lleno de ropa, cajas vacías de pizza y videojuegos. Al parecer vivía sólo, pero feliz. Mike no pudo estar más de acuerdo con ello.

De repente, casi todo se vino abajo. Fue como una explosión estática en el cerebro de Cassie, sus rodillas dolían, la cabeza le temblaba del mareo y su estómago estaba por reventar.

Otro ataque, y Cassie luchaba contra no caer de nuevo.

—¿Estás bien? —Preguntó Trevor acercándose a ella.

—Si, sólo necesito agua.

—En seguida vuelvo. —Dijo el chico antes de retirarse.

"Vamos, Cassie." Intentó Mike. "No te rindas."

Cassie respiraba débilmente, sentía todo el peso del mundo en su contra. No quería seguir luchando, pero aún había cosas que tenía que arreglar antes que morir.

Tomó fuerza y exhaló.

Trevor volvió con un vaso de agua que Cassie acabó con él.

—Supongo que nadie te lo ha dicho, ¿Verdad?

El aire se volvió tenso, era hora de la verdad para los últimos momentos de Mike.

—¿Haberme dicho qué?

—El accidente.

Cassie se encogió de hombros, se sentía aún más pequeña de lo que ya era.

—¿Qué fue lo que pasó? —Las palabras salieron de su boca como el viento.

—Era tarde, estábamos en una fiesta y se había acabado el alcohol. Yo y Mike decidimos acompañar a un par de chicos de la misma clase a ir por más.

Trevor se detuvo, recordando ese día, tratando de sopesar el dolor.

Mike apretó la mandíbula, como si todos los recuerdos llenos de niebla se aclararan.

—Mike... fue el único que no tenía cinturón de seguridad y el auto había golpeado directamente a su dirección... 

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