▷Capítulo 1 | Conoce a la familia Sevilla

313 26 16
                                    

- ¡Mamá! - grité desde mi habitación. - ¡Valentina se puso mi ropa sin permiso!

- ¡Solo la quiero unas horas y luego te la devuelvo, pesada! ¿¡No te cansas de gritar!?

Yo iba detrás de ella, ella caminaba desde mi habitación hasta la suya, yo iba furiosa. Sabía que no me gustaba que cogiera mi ropa sin permiso, y también sabía lo que pasaba cuando yo me ponía furiosa.

- ¡Dámela! ¡Es mi polera preferida! - se detuvo y giró para verme.
- ¡Deja de molestar Karol, además de idiota, pareces una niñita engreída! - dió media vuelta y siguió su camino.

Listo. Es el fin de Valentina. Que pena que ayer se haya hecho un tratamiento para el cabello porque le durará poco.
Tomé impulso, ella era notablemente más grande que yo, y la agarré todo el cabello que pude coger con mi mano. Mi mano se dirigió lo más bajo posible y ella cayó al suelo de espaldas.

- ¡Karol! - gritó desesperada. - ¡Mi cabello!

Reí al verla desesperada por soltarse, pero yo seguía con su cabello entre mis manos. Tenía que pagar por quitarme mis cosas.

- ¡Devuélveme mi ropa!
- ¿Qué pasa aquí? - dijo mi mamá desde el umbral de su habitación.

- Mamá Caro, Valentina se ha puesto mi ropa sin permiso. - exclamé desesperada.
- Valentina, devuélvele la ropa a tu hermana - mi mamá se cogió la cabeza - y tú suelta a tu hermana.
- Cuando ella me devuelva mi ropa, la suelto. - exclamé amenazante.
- Primero suéltame y luego te la devuelvo.

Ví como mi mamá se agachaba y cogía la famosa, adorada y aclamada chancla.

Oh, no Karol. Estan en problemas.

Más me valía salir corriendo, antes de que la chancla impactará con cualquier parte de mi cuerpo.

- Dale la ropa a tu hermana o ya sabes que pasará. - amenazó, mi mamá.

Valentina se levantó rápidamente, se quitó la polera y me la entregó. Luego las dos entramos corriendo a nuestras habitaciones y solo escuché como la chancla se estrelló en la puerta de Valentina.

[...]

- Hoy me toca viajar - exclamó mi papá sentándose en la mesa.
- ¿A dónde vas? - pregunté.
- A Londres, probablemente una semana.

Mi padre era un empresario que probaba cosas nuevas por distintos paises, o al menos eso nos decía. Ya que nunca veíamos que traía dinero para la casa, la mayoría de ingresos eran por parte de la cafetería que tenía mi madre en el centro de la ciudad.

- Toma - puso frente de mi padre un plato con su desayuno.

La relación entre ellos se había enfriado hace unos meses. Ya no eran la pareja de esposos que derrochaban amor. Y Valentina y yo nos habíamos dado cuenta. Es verdad que a Valu no le importaba mucho, para ella habían cosas "más importantes", pero a mí si me afectaba. Yo adoraba a mi papá al igual que a mi mamá y verlos en esa situación me rompía el corazón.

- Hoy toca ayuda en la cafetería. - dijo mi madre metiéndose el último trozo de lechuga de su plato.
- ¿Hoy? - resoplé.
- Yo iré por la tarde, por la mañana no puedo - sentenció mi hermana mirándome - así que te toca ir por la mañana.
- Bueno Karol, apúrate que nos hacemos tarde.

Resoplé por enésima vez y me levanté de la mesa. Le dí un beso en la mejilla a mi padre, "cuídate" le susurré.

[...]

BAGUETTE leí en la entrada de la cafetería. El nombre de un pan para una cafetería, nada original por cierto. Reí para mí, estacioné mi bicicleta y entré.

- ¡Hola chicos! - sacudí la mano a todos los trabajadores del lugar.

Sentí que algo faltaba. Miré a todos los siete trabajadores que estaban ahí, claro, faltaba una. No estaba Clara ¿a dónde se habrá metido?

- Oye, una pregunta ¿dónde esta Clara? - le pregunté a Camila.
- Clara ya no trabajará aquí, dijo que su primo vendría a reemplazarla. Pero... - dirigió su mirada a la puerta - no veo a ningún primo.
- No me despedí de ella.
- Seguro vendrá pronto - me acarició la mano y entró a la cocina.

Me senté en una de las mesitas a leer y escuchar música, así me olvidaba un poco del mundo.

Alguien bajó con su dedo mi libro para que lo mirara. Alcé la mirada y contemplé al chico más guapo que había visto en mi vida. Alto, moreno, ojos color café, de cabello despeinado. Basta, era un dios.

¡Hey! Karol, te esta hablando.

Era cierto me había dicho unas cosas que no escuché por mirarlo.

- Emm, perdón no te escuché - dije avergonzada.
- Hola, soy el primo de Clara. El mesero de allá me dijo que tú me ayudarías a encontar a la dueña de la cafetería.
- Sí, claro. Ven - lo dirigí hasta la cocina en donde estaba mi mamá.

Mi mamá lo recibió y él le dijo que se llamaba Michael Ronda. Sonreí, si hasta su nombre era lindo. Me senté nuevamente y escribí en una hoja de mi libro su nombre por si me lo olvidaba.

Ella o Yo [Micharol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora