▷Capítulo 3 | Revolucionó todo

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Atendí una mesa y llevé la orden a la barra donde se encontraba mamá.

- ¿Y Valentina? - le pregunté.

- Se fue, me dijo que tenía que hacer cosas de la universidad.

Era más que obvio que eso no era cierto. Estábamos aún a dos semanas de ingresar, yo al instituto y ella a la universidad. Valen le mentía constantemente a mamá y ésta no era la excepción.

- Toma, mamá - le entregué la orden.

- ¿Qué quieres que haga yo? Sabes que la orden debes llevarla a la cocina, yo solo me encargo de la caja - me miró frunciendo el seño y yo lo recordé. - Eso ya lo sabes ¿Te pasa algo?

Vaya que estúpida y distraída.

- No, mamá, perdón. - cogí la orden y empecé a caminar hacía la cocina.

Eso era verdad, llevaba todo el día distraída. Ya lo era pero ahora, lo era mucho más. ¿Por qué? No tenía ni idea, pero algo me decía que era por el chico con el que acabo de chocar. Él había revolucionado todo.

- Perdón - dijo Mike con una sonrisa.

¿¡Puede dejar de sonreír!?

Esquivé su mirada sin poder decir nada. Le sonreí. Entre a la cocina y entregué la órden.

¿Por qué tenía que ser tan cobarde? ¿Por qué no podía mirarlo a los ojos? Me amaría si tuviera la valentía de Valu. Si tan solo fuera más abierta y no fuera un puta tímida.

[…]

La gente se iba poco a poco. Eran casi las diez y media de la noche y la cafetería estaba por cerrar. Al final la que había estado todo el día ahí fui yo y Valen solo se apareció unos minutos. Los meseros se iban, también. Solo quedaban mi mamá, dos meseros más, Mike y yo.

- Señora, creo que es hora de irme. - dijo esa voz aterciopelada que me encantaba.

- Esta bien Michael, puedes irte. Y la verdad es que has sido muy eficiente en todo lo que haz hecho, te felicito. - dijo mi madre mientras contaba el dinero del día.

Apareció una de esas sonrisas hermosas en su rostro y le agradeció a mi mamá.

- Buenas noches, Karol. Duerme bien.

¡Se acuerda de tu nombre!

Yo no sabía que decir, sus palabras me tomaron desprevenida. Mi corazón de disparó a mil por hora ¿Cómo era posibie que un chico que acababa de conocer fuera capáz de eso?

- Buenas noches, Mike. - exclamé nerviosa.

Salió de la cafetería junto con los otros meseros. Quedamos solo mi mamá y yo. Salimos del café y lo cerró. Yo iría en bicicleta y mi mamá en taxi.

Por las calles ya no transitaban muchos carros, así llegaría más rápido. Entré a la pequeña urbanización en donde vivía. Ví una casa conocida, claro, era la casa de la mejor amiga de Valentina.

La puerta esta abierta así que me detuve en la acera y traté de divisar lo que había dentro. Ahí estaba Valen, rodeada por sus amigos y no necesariamente habían libros de universidad en la mesa; habían botellas de alcohol y unos cuantos juegos de mesa. Sabía que le estaba mintiendo a mamá. Ella logró verme y arranqué a toda velocidad en mi bicicleta hasta llegar a casa.

[…]

- ¡Mamá! ¿cómo era que se llamaba el mesero? - gritó Valen desde el living.

- ¿El nuevo? - dijo mi mamá desde la cocina.

- ¿Cómo estuvo tu día Valen? - exclamé para desviarla de su pregunta.

- Espera ¿Mamá cu...?

- Valen te estoy hablando - dije interrumpiendola.

Por ahora trataré de que no sepa el nombre de Michael. Aunque sé que eso será muy difícil, pero a toda costa evitaré que lo sepa.

- ¿¡Qué!? - me respondió exasperada.

- ¿Cómo fue tu día? - dije calmada.

- ¿Desde cuándo te interesa eso?

- Desde hoy, deberías alegrarte porque me preocupo por tí.

- No te preocupes de nada, además no te importa como ha sido mi día.

- Bueno... ¿cómo te fue en las cosas de la universidad? - subí el tono de mi voz para que mamá escuchará e hice énfasis en la última palabra.

Valentina me fulminó con la mirada y yo sonreí victoriosa.

- Pues muy bien he estudiado mucho, muchísimo - dijo fuerte para que mamá también la escuche.

- Qué mentirosa - le susurré.

- Karol, yo también tengo cosas tuyas con las cuales delatarte.

Sabía que eso no era cierto pero preferí no seguir discutiendo con ella y solo rodé los ojos.

Ella subió a su habitación y sonreí triunfante. Al final, había logrado de que Valen deje de preguntar por el nombre de Mike. Era un ventaja, que sé que no durará mucho, pero esta bien por ahora.

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Michael:

- ¡Mamá! ¡Ya llegué! - grité y cerré la puerta.

Tiré mi mochila al sofá, al igual que las llaves. Que cansado que estaba. Eso de ser mesero no es nada fácil.

- ¿Mamá? - volví a preguntar al no recibir ninguna respuesta.

Entré a la cocina y no había nadie. Recorí todo el primer piso y no había rastro de ella. Subí al segundo piso. Seguro ya estaba en su habitación, porque es imposible que a estas horas de la noche este fuera de casa.

- ¿Mamá? - pregunté antes de entrar a su habitación.

Allí estaba. Dormida. Qué linda se veía así. La amaba tanto, ella era mi todo junto con mi hermana. Me senté a su lado y la moví para despertarla. Pero no despertaba.

- Mamá - la moví un poco más fuerte - mamá - no despertaba.

Empecé a desesperarme. Y la movía más rápido. No despertaba con nada. Me levanté y la miré con pánico. Los ojos se me cristalizaron, no sabía que hacer. Salí corriendo de su habitación y toqué la puerta de mi hermana.

- ¡¡Katja!! - la abrí, pero no estaba.

¿Y ahora? Cargué a mi mamá entre mis brazos y la subí a su auto. Me dirigí al hospital más cercano. Durante el camino las lágrimas caían sin cesar. Tenía miedo, mucho.

Ella o Yo [Micharol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora