Tauro

601 28 4
                                    

Tras la amenaza de mi hermano, Tauro dio la cara para defender al resto de nosotros. De todos Tauro era el más grande y fuerte, pero a la vez era un sujeto cálido y amoroso, el tipo de persona que protege a los que ama aun a costa de su vida. Aunque Libra era de la familia, Tauro anteponía nuestra seguridad a la de él. Estuvo listo para la batalla desde el principio, pero en su corazón tenía una convicción, si era posible devolvería a nuestro hermano a la cordura para juntos ser la misma familia que en su principio fuimos.

Los soldados de lado y lado se batían en duelo, la sangre corría, as lagrimas los inundaban y el dolor sometían a los guerreros. Esta fue denominada la primera guerra de la historia e irónicamente ninguno de los dos bandos sabía por qué. Se rumoreaba entre los soldados que Libra deseaba ser el único gobernante de los doce reinos, o buscaba avivar la furia de nuestro padre Camino. Fuera cual fuese la razón Libra se guardaba esa información para sí mismo.

Finalmente tras largos días de batalla, Libra y Tauro se vieron a la cara. Los soldados se detuvieron y el rugido estruendoso de la guerra se convirtió en un silencio, que solo fue roto por la voz de Tauro.

—Tauro: Hermano hasta aquí llegarás, no permitiré que tu odio alcance al resto de nuestra familia, yo no lo permitiré y si intentas continuar, no me quedará otra opción que acabar con una de las personas que más atesoro en este mundo.

Libra tomó la espada que llevaba en su espalda y con una sonrisa sínica y una mirada llena de tranquilidad dijo:

—Libra: si te pones en mi camino no tendré más opción que derribarte, ya no deseo a esta familia, estoy harto de verles, acabaré contigo y todos y cada uno de mis hermanos, así conseguiré la libertad.

Tauro alterado y enfurecido respondió a las palabras de su hermano.

—Tauro: ¡no tocarás a ninguno de mis hermanos! Si guerra deseas, eso te daré, esperaba vinieras conmigo y de esta manera volverían los días de cuando éramos niños, en los que entrenábamos juntos, pero ahora usaré mi preparación para darle fin a tu locura.

Libra no dejaba de sonreír mientras Tauro recibía de sus soldados su gran espada, esta era casi de su tamaño y pesada como ninguna, era algo sorprendente verlo usarla y más con una sola mano. Una vez Tauro adopto su posición y todos los que rodeaban a ambos abrieron espacio. Estaba claro que cuando el empuñaba su espada la pelea iba en serio, quien fuera que lo enfrentara, estaba perdido.

Cada uno de nosotros dominaba una esencia de la naturaleza, las que solo utilizábamos en peleas en las cuales se hacía necesario, lo que por la paz que vivíamos, hacia que ninguno de nuestros soldados conociera los elementos que portábamos.

Esta era la ocasión de usarlos, Tauro manejaba la tierra, mientras a su vez Libra dominaba el fuego. Aun sin saberlo al ver como alrededor de Libra el suelo empezaba a encenderse y como todo el campo de batalla empezaba a temblar, quizás les quedó claro ese hecho. El primero a lanzarse a la batalla fue Libra, una estela de fuego dejaba marca en el suelo a medida que él de un salto se aproximó a Tauro, quien clavando su espada en la tierra hizo que un pilar apareciera frente de él siendo cortado en dos por la hoja de la espada flameante de Libra, tras ser cortado en dos el pilar, Tauro elevo su arma arrojando ambos pedazos sobre Libra, quien girando a un lado movió su espada de manera tal que la onda creada impulsara una bola de fuego hacia su oponente, quien cae al suelo tras hacer un mal movimiento para evitarla.

Con ambos en el suelo, cada soldado miraba atónito como mis hermanos se levantaban para continuar. Esta vez Tauro inició, dio vueltas con ambas manos a su espada, pedazos de piedra empezaron a volar hacia Libra. Para poder evitar el ataque este coloco la espada frente de sí y él la empezó a calentar hasta llevarla al rojo vivo desintegrando así las rocas que pasaban cerca de ella. El único obstáculo delante era el viento, mientras Libra daba paso a paso para aproximarse a su objetivo, una vez estuvo suficientemente cerca para disponerse a atacar Tauro utilizó el movimiento de su espada, esta vez cambiando la dirección para golpear a Libra enviándolo hacia los soldados, el ver esto Tauro grito a sus hombres:

—Tauro: ¡Aléjense!

Al ver esta reacción hacia los soldados, un plan pasó por la cabeza de Libra. El tomó su espada y tras levantarse apuntó su arma a los soldados cargando con una llama tan intensa que era difícil verla directamente.

Tauro reacciono para salvar a sus hombres ante el ataque de Libra, pero cuando estaba a solo un cuerpo de distancia su hermano volteó y atravesó con su espada el pecho de Tauro. Al observar el rostro de su asesino, solo podía ver como el rostro de Libra pasó de ser el psicópata y monstruo, a ser un hombre triste y lleno de pesar llorando, en un último intento por saber que le ocurría a su hermano, Tauro colocó su mano en el hombro de él.

—Tauro: ¿Por qué?

Entonces en un tono bajo y cabizbajo le dijo:

—Libra: esto no debía acabar así.

Tauro sorprendido dijo:

—Tauro: entonces...

La última palabra de Libra a su hermano fue.

—Libra: Lo siento.

De golpe sacó la espada del pecho de su hermano dejando que el cuerpo se consumiera en las llamas mientras volviendo a su rostro malvado ordenó a sus soldados que se pusieran en marcha.

El Dios traidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora