Capitulo treinta

292 18 2
                                    

Había empezado a hacer frío, más frío de lo normal. Mis manos y mi nariz estaban heladas, trataba de darme calor a mi misma frotándolas, pero era imposible. Un ruido llamo mi atención haciéndome voltear mi mirada hacia la ventana, lentamente tome mi arco con las flechas y baje, haciendo que el helado clima se hiciera presente en mi, ya erizada, piel. Trate de ver a través de la espesa capa de niebla, pero era imposible. Esto era como una película de terror. Bueno, mi vida ya era una película de terror; con miedo por doquier. Oí unos gruñidos, pasos pausados y pesados. Una silueta se dibujo en la niebla. Prepare mi arco para disparar, mis manos se encontraban en el arco y en el final de la flecha, esta reposaba sobre mi mejilla tibia haciendo una linda sensación. De repente, el cuerpo cayó al suelo haciendo un golpe seco. Confundida, camine alerta hasta él. Estaba a unos escasos metros, al verlo me sorprendí que no era un infectado, sino, Sean.
Entré en pánico, tenia su ropa rasgada y sangre en su cara. Observe que cargaba una mochila que ahora se encontraba en el suelo.
Tome la mochila del suelo y la colgué en mi hombro para luego tratar de levantar a Sean. Pase uno de sus brazos alrededor de mi cuello, mientras que yo le tomaba de la cintura y así trate de caminar con setenta kilos.
Con éxito, llegue al auto y lo metí dentro del asiento del copiloto. Lo observe detenidamente; sus ojos permanecían cerrados, mientras que sus labios estaban semi-abiertos por donde respiraba pausadamente. De su ceja y labio salía algo de sangre. Le corrí el cabello que le tapaba la frente y él dio un leve suspiro, pero no despertó.
Cerré la puerta y revise la mochila que Sean había traído; un tanque con gasolina, aceite y agua. Abrí el capo del auto y le puse el agua y el aceite. Lo cerré con fuerza y voltee para llenar el tanque con gasolina, para por fin, seguir nuestro camino. Los grillos acompañaban mi solitaria soledad acompañada por mi sombra.
Me adentre al auto el asiento del piloto, me voltee en el asiento y agarre una botella de agua. Arranqué un pedazo de mi húmeda camisa y la moje con agua para pasarle a Sean en sus zonas sucias y rasgadas.

Narra Michael.

El sol se ocultó y aun no nos decidíamos por quien entraba primero. Esta situación me estaba poniendo de los pelos.
-¡Siempre hago todo yo!- Se defendió Camila señalando a sí misma.
-¡Como digas, Camila, si eso crees tú!- Le siguió Luna. Ambas gritaban.
-¡Si, si lo creo!- Afirmo la castaña.
-¡Ya basta, mierda!- Finalice estallando de los nervios- ¡Iré yo! Ustedes solo síganme.
-Haz lo que tengas que hacer- Murmuro Camila haciendo una seña con la mano para que me apuré.
- Ya se ha hecho de noche- Dijo Luna sacando su arco.
Saque la arma y me adentre con cuidado por la ventana. Cuando baje, me lleve la sorpresa que no había nada por la cual podría bajar, por lo tanto, caí de dos metros y medio al suelo dando un quejido.
-¡Mierda!
-¿Michael?- Pregunto Camila asomándose curiosa por la ventana.
-Creo que te caíste- Opino Luna y Camila rió.
-Vamos, bajen- Les ordene y ambas rodaron los ojos.
-No, nos vamos a caer- Se quejo Camila.
Yo observe a mi alrededor a través de la oscuridad y me di cuenta que era un mercado de belleza; pinturas y cremas para el cabello por doquier.
-No creo que podríamos sacar algo útil de acá- Opine caminando cautelosamente por los pasillos.
-¡Apúrate!- Me dijo Luna.
-Fíjate si hay zombis- Me ordeno Camila.
-El problema es que no veo ni mierdas- Dije.
-Vale, ayúdame a bajar- Dijo Camila. Yo me acerque y extendí mis brazos, pero esta me observo con desconfianza.
-¡Dale, Camila!- Le apuro Luna.
-Mejor bajo por mi propia cuenta- Se arrepintió.
-Bien, pero apúrate- Le dije y esta soltó un bufido.
Camila se agachó dándome la espalda y bajo una pierna, lentamente bajo la otra, se sostuvo del marco de la ventana con las manos y se deslizó por la pared, bajando así más seguro. Toco firmemente el suelo y sonrió satisfecha.
-¿Qué mierda es todo esto?- Pregunto luego de observar el alrededor.
-¿Me ayudan?- Pregunto Luna. La ayudamos a bajar y empezamos a explorar el lugar- Oh Dios mío, esto es asombroso.
-Es cierto- La apoyo Camila observando las cajas exhibidas.
-Michael, te pintaremos el cabello- Dijo Luna y yo abrí los ojos exageradamente.

Narra Kim.

Saque la arma y me puse alerta.
-No son zombis- Murmuro Justin.
-Son Will y los demás- Dije sonriendo.
Alison se paró lentamente del suelo y camino dificultosamente hasta nosotros.

HOLI, bueno, acá capitulo nuevo. Hoy, hay que agradecerle a Luna que presto el guay fai (? Lol
Bueno, el próximo capitulo...Dios mío, va a ser un señor capitulo. >:D
Voten, comenten y saluden (?
Besotes

Near The DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora