Capítulo 1: Necesito Cariño o Por la noche: Ese Mayordomo, Ansioso.

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Notas del capítulo:

"El sexo sin amor es sin duda una experiencia vacía, pero como experiencia vacía, es de las mejores." – Drew carey

Capítulo 1: Necesito Cariño o Por la noche: Ese Mayordomo, Ansioso.

El atractivo mayordomo negro se encontraba preparando la cena de ese día cuando la campana procedente del estudio de Ciel sonó, anunciando el llamado de su amo. Dejó lo que estaba haciendo y se encaminó hacia el lugar donde era requerido.

«Me pregunto que se le ocurrirá ahora al joven amo, sabe que a esta hora siempre estoy ocupado con la cena» –pensó mientras caminaba por los pasillos, resignado a los caprichos del conde Ciel Phantomhive.

Llegó frente a la puerta y tocó respetuosamente. Luego, escuchó un escueto «pasa» del otro lado y obedeció; al entrar en el estudio, se encontró con Ciel recostado sobre unos papeles, estudiándolos.

–¿Hay algún nuevo caso interesante, joven amo? –preguntó curioso.

–Nada que valga la pena, Sebastian.

–Entonces, ¿se le ofrece algo?

Ciel se incorporó de su asiento y caminó hasta quedar frente a su mayordomo. A sus diecinueve años, tenía una estatura casi igual a la de Sebastian.

–Sí, claro que se me ofrece algo–tomó la corbata de su mayordomo de forma juguetona–. Esta noche quiero compañía. –Sonrió de medio lado, para luego dejar la corbata en su lugar y retirarse hacia su silla.

–Debió haberlo dicho antes, ¿le gustaría que llamara a la chica de la última vez?

–No, Sebastian, no quiero ese tipo de compañía. Quiero... –hizo una pequeña pausa, como escogiendo las palabras que debía usar– experimentar otras cosas. –dijo finalmente. El mayordomo sonrió burlón.

–Ya veo. Entonces, tendré que ponerme en contacto con otro tipo de personas.

–Sebastian, sabes que un noble como yo no puede darse el lujo de solicitar la compañía de... –nuevamente dudó de la palabra que usaría– un cualquiera. ¿Te imaginas el escándalo si alguien se enterara?, yo sí; Wilde[1] pasaría a ser noticia vieja. Casi puedo verme en los periódicos sustituyéndolo con títulos como: «Ciel Phantomhive trae la desgracia a su apellido al descubrir que se acostaba con muchachitos». Me apresarían, Sebastian. Y si eso sucede, sería aún más difícil llevar acabo mi venganza ahora que ya estamos tan cerca...

–Me disculpo por no haber pensado antes de hablar, joven amo. Pero entonces, ¿qué es lo que me ordena que haga?, si usted quiere compañía, pero no quiere contratar a nadie...

–Sebastian, deseo que seas tú quien caliente mi lecho esta noche.

–¿Es acaso una orden?

–¿Te molesta realmente lo que te he pedido?

–No, no realmente. Pero, ¿está usted seguro, joven amo?, después de todo, yo soy un simple mayordomo.

–Eres mi endemoniado mayordomo, Sebastian. Y sí, es una orden –el sello bajo su parche brilló intensamente, reafirmando sus palabras.

Descendiente de la ObscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora