SEIS

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Por la mañana, la señora Aubrey llamó a Chance por teléfono.

-Señor, acabo de ver los periódicos matutinos. Usted aparece en todos y las fotografías son estupendas.

En una está usted con el Embajador Skrapinov... en otra con el Secretario General... también aparece

con... un conde alemán no se cuánto. El Daily News trae una fotografía a toda página de usted y la señora

Rand. Hasta el Village Voice...

-No leo los periódicos -dijo Chance.

-Bien, de todos modos varias de las compañías más importantes de televisión lo han invitado para

aparecer en programas exclusivos. También las revistas Fortune, Newsweek, Life, Look, Vogue, House &

Garden quieren publicar artículos sobre usted. Llamó el Irish Times, así como el Spectator, el Sunday

Telegraph y The Guardian; solicitan una conferencia de prensa. Un tal Lord Beauclerk me pidió que le

informara que la BBC está dispuesta a pagarle el viaje en avión hasta Londres para un programa especial

de televisión; espera que usted se hospede en su casa. Las oficinas en Nueva York de Jours de France,

Der Spiegel, L'Osservatore Romano, Pravda, Neue Zürcher Zeitung, han solicitado entrevistas. Acaba de

llamar el conde von Brockburg-Schulendorff para decirle que Stern, de Alemania, lo sacará en la tapa;

Stern desea los derechos exclusivos sobre sus comentarios acerca de la televisión y aceptarán los

términos que usted proponga. L'Express, de Francia, quiere que usted participe en su mesa redonda

sobre el desafío de la depresión norteamericana: pagan los gastos de viaje. El señor Gaufridi llamó dos

veces para ofrecerle su casa cuando vaya a Francia. Los directores del Mercado de Valores de Tokio

querrían que usted inspeccionara una nueva computadora japonesa para la recuperación de datos...

Chance la interrumpió:

-No quiero conocer a esa gente.

-Comprendo, señor. Sólo dos asuntos más: el Wall Street Journal ha predicho su inminente designación

en el directorio de la Primera Compañía Financiera Norteamericana y querría que usted le entregase una

declaración. En mi opinión, señor, si usted pudiese darle ahora una prognosis, contribuiría enormemente a

valorizar las acciones de esa Compañía...

-No puedo darles nada.

-Muy bien, señor. El otro asunto se refiere a la Universidad de Eastshore; sus autoridades desean

conferirle el título de Doctor en Derecho honoris causa, pero quieren asegurarse de antemano que usted

aceptará.

-No necesito un doctor -contestó Chance.

-¿Quiere usted ponerse en comunicación con las autoridades de la Universidad?

-No.

-Entiendo. ¿Y qué hacemos con respecto a los periódicos?

-No me agradan los periódicos.

-¿Desearía ver a los corresponsales extranjeros?

-Los veo con suficiente frecuencia en la televisión.

DESDE EL JARDÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora