12. Del cómo te arrepentirás de estar solo.
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A R I A
Hubo un silencio incómodo y el estado de ánimo cambió de repente. No era como si estuviera feliz y alegre con Walter antes de que apareciera la chica misteriosa, pero ahora podías cortar la atmósfera con un cuchillo. Cambié mis ojos a Walter que parecía ligeramente irritado. Se llevó la mano izquierda a la frente y comenzó a masajear las sienes, luciendo incluso más cansado.
- ¿Entonces? ¿Quién es? – volví la cabeza en dirección a la pregunta.
La chica rubia decidió preguntarle a Walter una vez más después de no obtener ninguna respuesta. Estaba parada cerca del marco de la puerta con el brazo cruzado y los labios apretados en línea recta, obviamente no feliz de verme aquí. Aproveche la oportunidad y la miré. Era extremadamente bonita, con el pelo largo y rizado, grandes ojos marrones y piel lechosa. El vestido morado enfatizaba sus piernas. Me mordí el labio, sintiendo un repentino escozor de celos.
¿Cómo era posible ser tan perfecta cuando ni siquiera podía encontrar una buena parte de mi cuerpo de la que pudiera estar orgullosa?
Sabía que eso no era importare, pero maldita sea, incluso mi personalidad era lo suficientemente retorcida como para que la gente huyera de mí. Todos esos chicos en el cielo probablemente me odiaban tanto.
El fuerte suspiro de Walter me sacó de mis pensamientos acerca de mi falta de suerte en la vida. Lo miré y sorprendentemente, él también me estaba mirando, como si quisiera confirmar algo.
- Es mi novia – dijo, sin apartar la vista de la mía.
Por supuesto que lo era.
Con ese cuerpo y ese rostro, estaban destinados a estar juntos. Pero, ¿por qué me lo estaba diciendo? Yo solamente era su novia falsa, no, más bien una chica al azar con la que solía jugar. No necesitaba saber sobre sus asuntos personales porque solo éramos extraños y se suponía que debía estar al margen de todo lo que incluía a él y a su vida. No necesitaba saber que tenía una novia, muy hermosa, por cierto, porque pronto volveríamos a la vida que teníamos antes de que todos en el instituto nos reconocieran como pareja.
Y aunque hacia todo lo posible por ignorar toda la nueva información sobre su relación, no pude evitar sentirme herida y sin esperanza. Walter estaba jugando conmigo y con mis sentimientos. No solo con los míos sino también quizá con los de su novia. O tal vez ella lo sabía, ¿diversión conjunta? La realidad áspera me golpeó como un tren y de repente sentí un gran impulso de salir corriendo de la casa de Walter.
Pero antes de poder dar el primer paso para salir de la vida de Walter, agarró mi mano y me atrajo más cerca de él, envolviendo su brazo sobre mis hombros.
- Es mi novia – repitió. – De la que te hablé.
Oh...
Entonces, ¿no se refería a la chica misteriosa cuando dijo eso? ¿Yo era la novia de la que estaba hablando? De repente, sentí sequedad en la boca y mi corazón dio un pequeño salto. Esa era demasiada información para manejar en este momento.
- ¿En serio, Walter? – la chica inclinó su cabeza, su confianza regresó después de esa pequeña sorpresa que las palabras de Walter le dieron. - ¿No me dijiste que no estabas interesado en las relaciones?
Se burló en silencio. – No estoy interesado en una relación contigo.
Contuve la respiración al escuchar el insulto oculto y pude ver la cara de la chica. No estaba contenta con las palabras de Walter, pero al mismo tiempo no podía decir si estaba herida o simplemente enfadada. ¿Debería sentirme mal por ella? No había duda de que él estaba tratando de hacer todo lo posible para deshacerse de ella lo antes posible. Nadie quería escuchar esas palabras, especialmente de alguien que te gusta. Y fácilmente podría decir que estaba perdidamente enamorada de Walter. Podía verlo en sus ojos, definitivamente estaba deseando estrangularme.
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El Playboy tiene un Secreto, [SP#4]
Teen FictionTodo empezó cuando descubrió su pequeño secreto. Aria había estado mintiendo y necesitaba arreglar la situación que estaba cerca de salirse de control. Encontró la solución en Walter, el playboy de la escuela. ¿Qué pasará cuando los secretos y menti...