22. Del cómo decir adiós
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Un sabor amargo llenó mi boca cuando traté de tragar una pastilla que encontré en el botiquín. Cuando se atascó en mi garganta, rápidamente abrí una botella de agua y tomé un trago para deshacerme del sabor y de la pastilla. Odiaba tomar medicamentos, especialmente pastillas porque no podía tragarlas sin tener problemas. Pero el dolor de cabeza con el que me desperté era insoportable y tenía que hacer algo antes de perder el juicio. Cogí la botella de agua y la llevé conmigo a la sala de estar para recostarme en el sofá. De alguna manera, pasar tiempo en mi habitación parecía una mala idea, probablemente porque todo lo que allí había me recordaba a la conversación de ayer con Walter. Y ahora estaba dispuesta a hacer cualquier cosa, solo para borrarla de mi cabeza lo antes posible.
Pero después de escuchar durante diez horas su nombre en mi cabeza y de ver su rostro cada vez que cerraba los ojos, finalmente entendí que eso era casi imposible.
Debido a él no había podido dormir y no había ido a clase. De todas formas no podría enfocarme, así que ir allí era algo sin sentido. Además, la gente todavía me odiaba y no me sentía con fuerzas ni valiente para ignorar sus comentarios. Llorar delante de todos era lo último que quería que sucediera, así que sin remordimientos de conciencia decidí quedarme en casa. Afortunadamente, mi padre tenía que volver a su trabajo, así que no tuve que pensar en excusas para no asistir a clase.
Agarré el cojín más cercano para abrazarlo y enterrar mi cara en él. En el momento en el que cerré los ojos, el rostro y las palabras de Walter aparecieron en mi cabeza. Hice una mueca inconscientemente al escuchar su pedido en mis oídos una y otra vez, como un disco rayado. El hecho de haber colgado al instante y de no darle una respuesta adecuada estaba empeorando la situación.
¿Por qué lo había hecho? Estaba asustada y sin palabras, eso seguro, porque era la primera vez que tenía que enfrentar una situación como esta. No sabía que las rupturas eran tan difíciles y dolorosas, incluso las falsas. Pero más que eso, no quería darle una respuesta, no todavía. En el fondo, sabía exactamente por qué había presionado el botón rojo tan pronto como me pidió que terminara nuestra falsa relación. No quería dejarlo ir. Estar cerca de él me hacia feliz y quería conservar esa sensación de felicidad para siempre, incluso si sabía que no era correcto.
Exhalé con fuerza y levanté la cabeza para mirar el techo. El gran peso que sentía en el pecho y las pulsaciones en mi cabeza me dificultaban la respiración. Sonreí amargamente a mí misma dándome cuenta de una cosa: todo el tiempo esperaba que si nos quedábamos más tiempo juntos, acabaríamos terminando como una pareja. Una verdadera, construida sobre una verdadera relación de atracción y amor, y no sobre las mentiras que habíamos creado. Quizás es por eso que estaba tan desesperada por evitar la respuesta a la petición de Walter.
Pero aparentemente Walter no pensaba lo mismo. Lástima que me había dado cuenta después de que mi luz roja estuvo completamente apagada.
Esto era solo una obra de teatro, una relación falsa con alguien que estaba dispuesto a ayudarme y yo estaba demasiado ciega para reconocerlo. No podía culpar a Walter, solo había sido culpa mía el estar tan apegada a él. Nunca había dicho que había algo más entre nosotros y la posibilidad de estar juntos nunca se le pasó por la cabeza. Estaba segura de ello. Ahora, lo único que podía hacer era decir un adiós adecuado. Cuanto antes, mejor, ¿no? El problema es que no tenía idea de qué hacer y la idea de ver a Walter cara a cara me ponía enferma del estómago.
¿Cómo la gente rompía con alguien? Ni siquiera estaba en una relación real, así que tal vez no debería molestarme en decir que todo había terminado entre nosotros. Tal vez a Walter ni siquiera le importaba y yo era la única que estaba pensando demasiado en eso. Maldición, cómo me odiaba por ser tan miserable.
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El Playboy tiene un Secreto, [SP#4]
Teen FictionTodo empezó cuando descubrió su pequeño secreto. Aria había estado mintiendo y necesitaba arreglar la situación que estaba cerca de salirse de control. Encontró la solución en Walter, el playboy de la escuela. ¿Qué pasará cuando los secretos y menti...