En la mañana no hice nada, mas que ver a mi primo con una chica básicamente hermosa.
Su nombre es Isabel, apenas la conocí y siento que la amo. Es tan carismática, linda persona, su aura se siente tan distinta, su personalidad única y su voz me hacen querer caer en los brazos de Morfeo. Sus ojos me miraron con dedicación, como si yo le recordase a alguien familiar, y aunque no fui por cuestionarle siento que ella con su mirada pudo decírmelo todo. Es tan linda por dentro y por fuera, desearía ser un poco más como ella. Sé que tenemos más en común de lo que creí que podríamos tener, y no estoy segura de esta amistad pero no sé porque le gustó mi horrible y tonto primo. Una vez me despedí de ellos, de nuevo volví a sentir esa sensación de presión en mi pecho, pensé que ya lo había atacado, pero no podía mentenerme en casa, asi que decidí salir a andar de nuevo por las calles para distraerme o por lo menos mirar a aquel chico que me tenia flechada desde que entré a la escuela. No es como que haya demasiado interesante que hacer en este aburrido pueblo.
Mientras mis pasos cansados pero constantes me llevaban a quien sabe donde, pude sentir la constante presión de un auto posiblemente siguiéndome. Trato de caminar rápido para poder salir a un lugar donde haya más personas mientras en mi cabeza repito una y otra vez lo mala que fue mi idea de salir en vez de quedarme en la comodidad de mi casa mirando alguna serie en mi televisor o el celular.
El auto logra llegar hasta donde estoy, y no pude evitar no girar la cabeza con pánico hacia la persona que conduce aquel vehículo oscuro.
—¿A dónde vas?— pregunta Isabel bajando el vidrio de la ventana que por alguna razón está con un polarizado que no dejar ver más allá de mi reflejo.
—¿Es tu auto?— cuestiono yo al verla conduciendo un hermoso automóvil lujoso.
—No, lo siento— encoje los hombros—, lo robé hoy en la mañana, pero si quieres robo uno para ti también...
—¿Me puedo casar contigo?— bromeo con brillo en mis ojos.
—Puedes ser mi amante, si quieres.— reímos por lo dicho.
Me hace subir a su auto y platicamos, nos conocimos mejor, me siento feliz con ella. Es como si al estar con ella dejara todo de lado centrándome en ella, y en nada más que ella. Siento que la conozco desde siempre aunque jamás en mi vida la había visto hasta hoy.
Después de dar algunas vuelta me lleva a mi casa, ya que le marcaron al celular y tuvo que retirarse pronto lo cual me hizo sentir triste. Esperando la hora de la venida de mi prima.
Me acuesto en mi cama y duermo.
***
Agua cae por mi cara, o algo mas pegajoso llega hasta mis labios. Toco mi cara sin abrir mis ojos empapando mis dedos de aquello que sea que mojaba mi rostro.
—Agh uugh...—abro los ojos por el grito a mi hermana—¡Largo!
—No, vete tú.—responde bajando de mi pecho.
—¡Mamá! ¡Susi me llenó de saliva toda la cara!—gritoneo mientras trato de secar el asqueroso y pegajoso líquido que por mi cara corría con rapidez.
—¡Yo la mandé, no te despertabas y ya son las nueve y treinta!
—Pero el bus llega a las diez, todavía falta media hora.—reprocho con cierta pisca de enojo y asco.
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Señorita Narco© [EN EDICIÓN]
RandomQuien diría que por una amistad todo puede pasar... Dannia era una persona insegura, con bastantes defectos a los ojos de muchas personas. Pero llegaron ellos... y cambiaron el motivo de su existencia. Señorita Narco, por una simple amistad.