Me enamore de ti....

Una adolescencia extrañamente "Tranquila"

3 Día ~Adolescencia~

9:00 am Mansión Crevan

Hospedantes: Claude Faustus, Sebastian Michaelis, y Oscar Crevan

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Claude: Michaelis levántate ahora -Ordeno con ese profundo y oscuro color en sus ojos caracterizado por los demonios, pero esta vez... Mostraba molestia- No seas flojo y levántate

Ahora, el joven Michaelis portaba un mini short que dejaba descubiertas su suaves y torneadas piernas, una camisita que le llegaba hasta el ombligo y su hermoso cabello revuelto entre la almohada, aunque Fautus este enojado con él, no podía negar que se veía jodidamente sexy, muy en el fondo de su arácnida alma, controlaba sus deseos impuros con él menor

Sebastian: Tch, déjame tranquilo Fautus, es muy temprano –Soltó molesto mientras se cubría con las sabanas, aquellas marcas habían desaparecido, ahora su cuerpo era delicado y blanco como la crema, como si nunca hubiese sido corrompido... Una bella escena para los ojos del arácnido pero debía controlarse... Aun-

Claude: Mira Michaelis no estoy de humor para tus estúpidas quejas –Silencio absoluto por unos momentos, hasta que la araña sin bacilar jalo las sabanas doblándolas a la perfección y acomodando la cama de un parpadeo- Levántate

Sebastian: ¡¿Cuál es tu problema?! –El cuervo miraba al mayor de la misma forma pero con los dientes apretados, estaba de mal humor, aunque claro ¿Quién volvería a ser un feliz niño después de un trauma tan grande?, el contrario le ignoro completamente y le lanzo algo de ropa a la cara, al parecer iban a salir ya que Sebastian pudo observar unas marcas muy caras en la ropa- Ni lo pienses, hoy planee una salida con mis amigos

Claude: -Bujo arqueando la ceja al oír eso para después servirle algo de comer- ¿Desde cuando tienes "amigos"? –Uso un tono sarcástico y burlón haciendo enojar al menor, cosa que secretamente quería hacer-

Sebastian: ¿Te importa?

Claude: Si y mucho, por algo soy tu niñero... Cuervo

Sebastian: Tch, ya estoy muy grande Fautus –Contesto cortante arrojando la ropa- Y ni pienses que me pondré esa ropa de princesita –Claude se acercó peligrosamente a su rostro, podría decir que estaba serio debido a su expresión pero... En realidad miraba a su presa con malicia-

Claude: ¿Quieres apostar?