Ofertas y prioridades

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¡Hola a todos! Vuelvo desde la tumba de la escuela para presentarles algo hermoso, algo lleno de amor. Vengo ofreciéndoles la... *redoble de tambores* ¡Super Semana Solangelo 2017! Bienvenidos, tomen asiento, pues dentro de los próximos siete días serán testigos de lo que pueden hacer el amor la arte, mis malas decisiones y una buena pluma cuando se juntan.

Como saben (y si no saben, aquí va una nota introductoria): el año pasado organicé la primera Semana Solangelo en octubre del año pasado, pero lo hice con tan mala pata que cayó justo en los días en los que todos teníamos exámenes, así que hubo poco quórum. Supuestamente, al hacerlo durante las vacaciones, me libraría de ese problema este año, pero dado que estoy publicando el primer capítulo de esta serie en las primeras horas del 25 de diciembre, parece ser que no cumplí mi cometido.

Sin embargo, ya saben cómo son las cosas conmigo, todo tarde pero seguro, y aunque sea deprisa (o, como decimos en mi país, "en chinga"), voy a publicar todo lo que les he venido prometiendo.

Sin más por el momento, siéntense, prepárense y... ¡disfruten!

Lunes-Especial Navidad

Ofertas y prioridades

Ese año, el segundo tras la derrota de Gea habían ocurrido multitud de cosas extrañas y difíciles de creer. En instancia, Nico había pasado más y más tiempo en compañía de la cabaña de Apolo. También había sido ese el año en el que el hijo de Hades finalmente se convirtiera en el mejor entrenador de espada del Campamento Mestizo. Hades finalmente había reconocido a Hazel, con discreción y un poco por debajo de la mesa, para protegerla de sus hermanos, pero permitiendo que Hazel finalmente bajara al Inframundo para conocer a su padre divino y a Perséfone.

Sobre todo, ese era el año en el que Will se le había declarado, y habían comenzado a salir, como vaticinara Jason desde esos proféticos tres días en la enfermería.

Sin embargo y para cerrar con broche de oro ese insólito año, Nico había aceptado pasar la Navidad en casa de los Solace. Sería la primera vez que se conociera con la familia de Will, y aunque el hijo de Apolo con frecuencia hablaba de sus hermanos menores y de su madre, Nico no se sentía preparado para verdaderamente aparecer en casa de la familia.

―Todo va a estar bien –aseguró Will, tranquilamente―. Digo, ¿qué puede salir mal?

―¿De verdad quieres que responda eso? –replicó el hijo de Hades, debatiendo entre si reír de la ingenuidad de su novio o verdaderamente hacer un listado de cómo podían complicarse las cosas.

―Fue retórica –informó Will―. Pero da lo mismo, porque todo va a estar bien, ¿de acuerdo?

Sin más opción que seguirle la corriente, Nico se encogió de hombros y aferró con más fuerza el refractario con arrosto de cerdo que llevaba en la mano. Según Will, aún les quedaban un par de cuadras más por caminar antes de que llegaran a casa de su madre, y Nico estaba tratando con todas sus fuerzas de encontrar una buena excusa para desaparecer antes de que fuera demasiado tarde.

Desgraciadamente, la casa verde limón de los Solace se alzó frente a ellos antes de que Nico pudiera hallar un pretexto creíble o fingir su muerte.

―¿Estás seguro de que esto es una buena idea? –inquirió con poco aplomo mientras cruzaban el camino de adoquines que cruzaba el jardín frontal hasta la puerta de entrada.

―¿Seguro de que quiero que mis padres te conozcan? –replicó Will con una sonrisa―. ¿De que quiero que conozcas a mis hermanos y a la abuela? Sabes que sí.

―Sólo me aseguraba –gruñó Nico aunque sonaba más como una disculpa nerviosa.

―En el nombre de los dioses, sólo eres un exagerado. Mi cabaña al completo te adora, no veo porqué esto sería diferente ―y sin más, tocó la blanca puerta.

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