Capitulo II

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No se si era mi estado de shock o todo lo que me había tomado, pero por una vez en mi vida - no, solo por unos meses- me sentía superior a él. Al gran Derek Hale, aquel hombre lobo que marchitaba todo a su paso. Le invité a entrar, no tenía nada que perder y necesitaba a alguien en quien confiar que no fuesen Scott no los demás.

He vuelto a Beacon Hills, bueno, creo que ya lo estás observando.- soltó una sonrisa pícara en la que se le asomaron sus colmillos, en forma humana pero bastante aterradores. Estaban bien afilados, sería mejor no enfadarle.- Y hace mucho que no veía a nadie de la manada, tu casa era la más cercana. ¿Como estáis? ¿Ha pasado algo interesante? Y tu, ¿Estás bien? Pareces algo deprimido. Ni que vinieses de un funeral.

Hale, siempre la cagas.

Pensaba que te enterabas de todo. Aunque es normal si acabas de llegar, no todo el mundo se entera el primer día.

Su mano se colocó en mi hombro, derrochando preocupación. ¿Habría escuchado mis latidos? Eso me delataría.

Stiles, soy un hombre lobo, no un adivino. ¿Puedes decirme que ha pasado? ¿Ha sido Scott? ¿Os habéis peleado? ¿Te ha mordido?

Creo que paro por la cantidad de preguntas que me hizo. Estaba nervioso y quería saber que pasaba.

-Hayden, una sucia...- mordí mis labios con fuerza, dejando un mínimo sabor de sangre- ella ha...ha matado a mi padre- logré decir. Lo había dicho sin derrumbarme.

Tras unos segundos de silencio, un fuerte Derek me zarandeo contra el sofá.

-¿Qué? ¿Quién es esa Hayden y por qué ha...?

-Es una hija de puta. Si ahora mismo la tuviese delante...- apreté mis puños con fuerza hasta el punto de hacerme daño.- Voy a matarla, una pequeña venganza por la idiotez que ha hecho.

Me abrazó, se sentía muy bien entre sus brazos. Su respiración recorría mi cuello, provocando pequeños escalofríos a los que no reaccionaba. Así que después de todo, él tenía buen corazón. Olvidé por qué me daba tanto miedo y seguí apoyado en él para intentar controlar mis emociones.

—¿Quieres que pare?- preguntó en mi oído.- Si te hago daño deberías decírmelo.

Negué. Después de aquel día necesitaba descansar y prefería no estar solo.

Abrí los ojos, estaba en la habitación pero lo que más me sorprendía era quien estaba conmigo. Recordaba que había bebido pero no que un tío había venido conmigo hasta casa. Mire por debajo de las sabanas, llevábamos ropa. Eso fue un alivio. Se abrazó a mi, su rostro se giró desvelando su identidad. ¡Ya me acordaba! Derek había venido y estaba...¿Durmiendo conmigo?

D-Derek- comente moviendo su brazo- tengo que irme a clase. Puedes volver esta tarde si quieres, anoche pase un buen rato. Necesitaba calmarme y tu compañía se hizo agradable, por una vez.

-Cinco minutos más...- dijo tapándose con todo lo que pudo.

No me había escuchado, pero el sabría que tendría que irme a clase. Le tape bien ya que había hecho un desastre.
Me cambie de ropa, poniéndome unos vaqueros oscuros y una camisa cualquiera. No tenía tiempo para pensar y mucho menos cuando tenía a alguien durmiendo a mis espaldas. Fui al colegio andando, la primera vez que lo hacía. El jeep podía darme muchos recuerdos y tenía el comunicador dentro. Demasiadas noticias en un solo día.

Desde el primer segundo en el que pise el campus pude sentir muchas miradas sobre mi. ¿Por qué me tenían que conocer en aquellas situaciones? Cogí aire antes de entrar por los pasillos, era muy incómodo. Me paré enfrente de mi taquilla, agarre el candado para poner la combinación. Tire de él, no se abría. Tire más fuerte, lo arranqué de su sitio. ¿Desde cuando tenía tanta fuerza? Recogí el candado del suelo, abrí la taquilla dejando todo dentro y sacando los libros de la siguiente hora. Metí también el candado. La cerré.

Malia me asustó, ¿Desde cuando estaba detrás de la taquilla?

Stiles, tenemos que hablar.- eran las peores palabras que podía escuchar y las decía ella. Nunca le había visto de esa manera, la empatía no era lo suyo.

--¿Quién eres?-pregunté intentando pasar de ella.

No puedes pasar de nuestra cara. Vamos al mismo colegio y a las mismas clases. Además, nosotros no te hemos hecho nada. Espero que sepas que lo intentamos todo.

Lo estoy haciendo y es bastante divertido. Creo que haré esto hasta que termine el colegio.

-Cuando se te pase esta tontería, ¿Qué harás? ¿Con quién irás?

Mi rabia hizo que la tirase al suelo, ella no supo como reaccionar. Solo miró a todos los lados para que nadie la hubiese visto. Ella era agresiva, pero sabía que no debía llamar la atención.

—¿Por qué no me dejas en paz? Tú y los demás. Siempre me habéis cuidado y pensáis que soy el débil, pero vosotros mismos os engañais. Vosotros sois los más débiles aquí.

—¿Ahora piensas que no somos fuertes? ¿Y cuántas veces te hemos salvado la vida por tu culpa?

Se levantó, me estampó contra las taquillas. No dije ni hice nada, sabía que me podía pasar.

No se que vi en ti.- dije en un susurro, aunque supe que lo escuchó.


*******

Me encanta esta parte en la que todos empiezan a desconfiar en todos y sobretodo cundo te fías en quien menos deberías. Eso ya se verá en el siguiente, o no.

Aquí dejo una pequeña escena que acabo de encontrar, justo después de escribirla.

Os agradecería que si vieseis alguna falta ortográfica grave lo comentaseis. A veces no me doy cuenta de los errores.

 A veces no me doy cuenta de los errores

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Del amor al odio, pero al revés. ((STEREK))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora