Y mientras los soldados de bajo rango hacían sus deberes manuales, Rivaille paró sus pies y sabiéndose solo, se apoyó en una de las paredes frente a las ventanas, las cuales ya estaban resplandecientes por escarcha verde y luces navideñas.
Como le frustraba esta fecha y especial este día.
Miró fijamente a través de las ventanas con el ceño fruncido y las manos temblorosas.
No conforme con tener que soportar todo el bullicio y el desorden provocado por esta fecha tan absurda, también tendría que lidiar con los jodidos recuerdos de mierda que de nada le servían, sólo para torturarlo día y noche y darle así más motivos para trabajar arduamente sin parar.
Y por otro lado tenía un dilema más grande del cual ocuparse. Uno que palpitaba salvajemente bajo sus pantalones.
Esa insolente...
Petra Ral y él tenían un pequeño secreto. Algo que habían acordado por el bien de ambos nunca revelar. Y sin embargo ahí estaba ella, recordándole a él, ¡a su superior! Qué él era un hombre no muy diferente a otros, quizás más fuerte y ágil, inteligente y sagaz, pero aun así no era más que un simple mortal, un hombre débil frente a su mayor droga y obsesión. Y un verdadero imbécil.
La frustración lo atacó y en un intento de aplacarla, se pasó una mano por el cabello.
Tendría que haberle roto el cuello desde la primera vez que la tomó en su habitación luego de que Petra fue enviada por Hanji a enviarle café caliente porque la inútil-cuatro-ojos tenía cosas más importantes que hacer.
De haber sido esa idiota la que hubiese ido, él no habría caído en los embrujos de Petra Ral; no se habría sentido seducido por su perfume natural y mucho menos la habría besado con el hambre que ahora mismo le desgarraba el corazón.
Antes, la seguridad de quién era y para qué vivía lo mantenían a flote, en circulación a pro de sus obligaciones y metas. Ahora no se sentía más fuerte que una hoja temblorosa que cuelga de una rama pequeña en medio de un huracán. Así de incapaz se veía a sí mismo de soportar más estos bajos deseos de tenerla enfrente y sin testigos.
Pero ya llegaría el momento, y cuando lo hiciese, Petra se arrepentiría por aprovechar su torpeza para rozar su mano derecha sobre miembro. El cual había despertado ante su toque.
Maldijo por lo bajo, definitivamente ella pagaría por esto.
Pero nadie tenía que darse cuenta; nadie tenía que sospecharlo; nadie tenía que pensarlo siquiera. En la superficie, él siempre debía permanecer apacible y soberbio, sus pensamientos ocultos y con sentimientos helados. Aunque estuviese ardiendo por dentro.
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𝘙𝘰𝘻𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘊𝘪𝘦𝘭𝘰 | 🔞
Fanfiction『Levi x Petra』Sólo por hoy fingirían que todo era normal; sin reglas, ni titanes; sin divisiones militares que les obligasen a tratarse con respeto, como si fuesen extraños; sin máscaras ni secretos. Sólo por hoy eran un hombre común y una mujer com...