Abandono

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Cuando llegamos al norte, no podía reconocer esos bellos paisajes de los que tanto me hablaron porque todo estaba cubierto de trincheras y de cráteres hasta donde alcanzaba mi vista, era algo completamente desolador para todos.

Semana tras semana, día tras día, me veía obligado a disparar a personas que se sentían igual que yo, personas que estaban atrapadas en una gran guerra cuando ya habían abandonado lo que se llamaba vivir.

Poco a poco me comencé a desgastarme mientras indagaba en mi mente: ¿Acaso la cantidad de muertos es pequeña a comparación de la terquedad de los generales?, ¿tan poco vale una vida?

Esos pensamientos han sido destrozados, bombardeados por la artillería que cae encima de nosotros y de nuevo... se repite el mismo ciclo. Avanzar hacia la muerte, ser atravesados por pedazos de infierno y caer al suelo producto de la carnicería que cada día aumenta. Después de eso, queda lo único que te puede hacer llorar... El tiempo de la melancolía y del abandono.

En la trinchera (versión final)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora