En la trinchera (versión final)

Devastación

¿Por que uno de los principios fundamentales de la humanidad es hacerse la guerra unos entre los otros y causar una gran destrucción en medio de eso? En las trincheras y, sobre todo en nuestra posición, esas preguntas se repiten incesantemente, lo cual afecta a los que tienen la moral más baja, ataque tras ataque y semana tras semana, esas preguntas se convierten en obsesiones personales que ninguna persona puede describir, de entre todas esas obsesiones escucho una que me asombra: «La guerra que acabaría con todas las guerras».

Un pequeño escalofrío recorre mi cuerpo como si se tratara de algo único y jamás repetido, una guerra que acabaría con todas las guerras, la guerra que salvaría al mundo de otra masacre. Ser parte de esa guerra es lo que me destruye por dentro pero, a la vez, lo que me mantiene vivo.

Esa inspiración es arrebatada rápidamente, azotes de infierno de repente cayeron bajo nuestra posición; corrí y corrí hasta encontrarme en un lugar seguro pero, al regresar, no había nada.

¿Qué les sucedió a mis compañeros, a la posición, a mí mismo? ¿Por que no pude parar de llorar al no encontrar respuesta a mis gritos? No había rastro alguno de la trinchera que todos habíamos defendido durante tanto tiempo. Al recobrar una relativa tranquilidad, lo único que pude observar fue una gran y monstruosa devastación.