Qué desperdicio de una noche encantadora

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E T H A N 


"Realmente admiro que haya tomado esa decisión de tomar un diario" – Pensó Ethan al cerrar el diario, y pararse un momento a pensar sobre lo que había sucedido. Realmente, esto estaba pasando. Se encontraba leyendo el diario de una extraña. Al acceder a esto, fue como si tuviese mil y un conversaciones con la escritora. En las cuales, su única función era ser el receptor. Olvidemos la tecnología y las normalidades a la hora de tener una conversación, esto ya era diferente por sí solo.

En algún otro contexto, en uno en donde se conocen el uno al otro de una forma totalmente normal. Quién sabe si Grecia tuviese el suficiente valor para contarle todo esto, para abrirle todas sus ventanas. Desde los ojos al corazón.

Ethan decidió algo que no sabía si había sido lo correcto. Tomo los diarios, por consecuente, todos deberían saber que no solo era uno. Decidió llevarlos con él, ahora los tenía bajo su brazo mientras miraba alrededor de esta mágica librería tratando de buscar, algo más que posiblemente llamara su atención. La sección de novelas góticas se encontraba cerca, la de novelas juveniles y libros de auto-ayuda y cuentos fantásticos. No podía encontrar una relación entre estos tres. Y un nuevo pensamiento apareció en su cabeza, está rodeado de grandes historias dentro de una gran historia. Es decir, al saber que todos estos libros ya pertenecieron a alguien, les transmitieron un poco de su vida. Al llevarlos a donde fuese para leerlos, al cuidarlos lo suficiente como para que estuviesen ahí, al invertir su tiempo en todo el contenido que llevan por dentro. Ya ninguno de los dos vuelve a ser el mismo desde que una mano indiscreta le toca. Ni el objeto ni el humano. La ciencia no reconocida, de dejar partes de nosotros en todo a lo que damos, un poco de corazón. Así también, como nos encontramos.

Ahora, el hecho de tener los diarios no los hacia suyos, pero por este momento, pertenecían con él.

Fue hacia la caja, se encontraba tras el mostrador, un señor que tenía aspecto de estar en una edad muy avanzada. Tenía unos lentes que le permitían ver bien y un suéter verde. Parecía que si le preguntabas sobre estos libros, te podría relatar sus historias completamente. Había algo de calidez en él. Al ver a Ethan acercarse sonrió con amabilidad, y pensó que ya era tiempo de verle ahí.

-He decidido llevar estos. Me pregunto cuanto seria por ellos Dijo Ethan sacando el dinero de la bolsa trasera de su pantalón. Su mirada se posaba rápidamente en lo que había detrás del señor. Había una especie de collage. Que contenía fotos de viajes. La persona que estaba en las fotos posaba con diferentes expresiones y gestos, haciendo cosas totalmente inusuales en algunas. Y también había recortes de libros, ya sea de su portada o de alguna frase. Eso se miraba realmente único.

-Buenas noches joven, me alegra que se decida por llevarlos. Desde que abrimos, nadie se había tomado la molestia de tan siquiera leer un poco de lo que hay en ellos– Los tomo de las manos de Ethan, y con un poco de papel craft comenzó a envolvérselos como si fuesen un regalo. Mientras en el rostro de Ethan se formaba una expresión de confusión pero no tuvo intención de detenerle.

El señor continuo hablando e Ethan se encontraba expectante - No se preocupe, se los daré como un regalo. No podría darle un valor monetario a esto. Son las remembranzas de una vida – El señor dijo con calma.

-¿Está seguro?- Ethan continuo- Me parece que usted sabe el contenido de ellos por lo que noto...

-Claro que lo estoy – Había mucha alegría en su tonoSi, cada vez que un libro o en este caso, un diario. Entra a la librería, me encargo de ver su contenido. Y puede decirle que este es más especial que muchos otros. Acéptelo, tiene que llevarlo con usted Ya había acabado de empacar los libros y los había puesto sobre el mueble. Listos para que el los tomara.

Writing In The DarkWhere stories live. Discover now