En la ciudad donde vivo nos preocupamos por honrar las obras cinematográficas más importantes. El trabajo de un afanado director que se esforzó para que su obra no quedase entre sombras, aquí, se celebra. Se encuentran localizadas por toda la ciudad enormes pantallas mostrando las grandes escenas, y las no tan grandes también. Sin la realización de lo más sencillo el siguiente gran paso jamás se hubiese podido haber dado. La historia del cine es maravillosa y me encuentro fascinado por ella. Los receptores lo hacemos nuestro de una manera absoluta. Apropiándonos del mensaje que a través de esa pantalla se nos transmite. Nunca nadie se ha quejado o reclamado acerca de este detalle en nuestra ciudad.
Tenemos la oportunidad de ver los iconos culturales de cada momento.
El intercambio entre el creador y el actor ciertamente es enriquecedor. De un extremo a otro subsisten uno del otro. La cultura es generada unos por otros y por ellos, ha nacido un interés por todo. Antes, nunca estuvimos seguros de nada porque fuimos bombardeados con utopías interpretadas por plastas publicitarias. Momentáneamente lo creímos todo. Sin embargo, aquí no nos encontramos jugando a la víctima y al culpable. Siempre fuimos el púlpito del otro, hasta el momento en que todo cayó.
Las conexiones entre humanos son espontáneamente peligrosas. Trayendo una red de hechos que desencadenan a fatalidad en ocasiones. Sin importar cuanta tecnología poseamos, siempre seremos un misterio.
Ahora, les presentamos al ser humano moderno.
Resurge de la incapacidad de hacerlo todo por su propia cuenta. Al caerse, se escondería de todos los que le pudieran señalar y encontrarle un defecto. Hora de ponerle un fin a eso. Una imagen digitalizada cubrió nuestras penas. Se olvidó la necesidad del arrepentimiento y el perdón por lo injusto. Todos nos convertimos en la actual madre Teresa.
Creamos una cadena de seres semejantes para que no exista el peligro de desaparecer. Sabiendo así a cabalidad como funcionamos.
Como ya mencione antes, no hay defectos. Por eso nos encargamos de abastecer nuestra fábrica, lo que antes llamábamos tierra. Recuperamos aliento al saber que nosotros somos quien lo controla todo. ¿Existe un factor que te detiene? Esa vieja leyenda que asegura que 10 decisiones controlan tu vida al final de todo, la borramos. Siendo reyes en este tierra de todo lo que nos rodea. Siendo evidente que un súbdito no escala en la cima de quien le controla.
Agrios personajes se formaron. Olvidaron el caos, lo irreconociblemente bello, lo arduamente difícil de existir. Y funcionaron como tal. ¿Conocieron a los artistas? Es difícil imaginarlos entre ellos. Vivían lejos de las formulas y residían en tiempos diferentes.
Si un artista les hubiese dado una pincelada, fácilmente no serían lo que son hoy. La especie se volvió antigua, nadie quería ser recordado como parte de tal. Los cambios resultaron en un éxito total.
Pero, ¿Cómo te voy a mentir? Desde antes perdimos la cabeza y mezclamos lo normal con lo desconocido.
Cuando había humanidad, nos volvimos dependientes de la de otros y éramos incapaces de expresar nuestros reales sentimientos. Al ver la oportunidad, comenzamos a ocultarnos. Ya estábamos jodidos. Para el tiempo en el que yo nací, la inconformidad ya estaba presente y el hambre del hombre era lo más insaciable que pudieras imaginar. A todo lo calificaban con 4 de 5 estrellas.
El despertar acerca de lo que estaba sucediendo era tan diferente como su desarrollo. Nunca nadie les creyó, y hasta los llamaban farsantes.
Los auténticos siempre estuvieron ahí y lo presenciaron todo. Hubo un desarrollo en sus cabezas que les permitió no seguir todo lo demás.
En el actual día a día, puedo seguir disfrutando como yo quiera. Jamás cambiaría la alteración que se dio.
Disfruto de las noches. Así de cliché, así de simple o como lo quieran llamar. La falta de vitalidad entre lo tenue enciende lo que sería extraño en mi de observar. Me envuelvo entre esas partes de mí que no conozco y al ritmo de las melodías y letras de lo que se podría llamar una banda generacional. El cielo podría o no responderme. Yo podría o no conocerme.
¿Qué podría volverme psicótico? Tal vez acomodarme a esta soledad o mezclarme entre una multitud. Ambas en exceso podría darme una prueba terriblemente irrefutable, y muy útil. La facilidad con la que puedo entregarme a, me hace batallar.
Una vez aquí sin entenderlo todo puedo estar. En mi estacionamiento favorito me encuentro. Desde acá tengo una amplia vista de la playa. Apacible a ratos, pero capaz de rugir como un león. También este es mi lugar. Pero no podría hacerlo solo.
Sus letras me tienen volviendo.
Disfruto contemplar así. Cuando no me esfuerzo y desaparezco, cuando me despreocupo fácilmente de lo que me lleva a "ser." Y rompe con toda barrera real. Lo poderoso de todo lo que mis ojos capturan me mueve a su vez. Deseo que me lleve al arte.
Noches de verano como estas que me llevan a imaginar sus cimientos.
A/N:🦋
Esta capitulo quiere expresar tanto en tan pocas palabras. La intención principal para mi fue contarles acerca de el lugar en el que Ethan vive, lo que en su presente le rodea. También es una critica que decidí hacer de alguna forma a los cambios que la tecnología puede traer a la humanidad.
Hay ciertas referencias de gustos personales que decidí mezclar con el personaje. Que nos llevan a conocer la manera en que Ethan convive con esa época que quise pintar y lo asimila todo.
Me gusto imaginar mas allá y construir bien lo que podría afectar al personaje de Ethan.
La naturalidad que siempre tratara de construir es obvia. Disfruté increíblemente escribir esto, fue una manera casi exacta de expresar todo las ideas que sentía embotelladas el otro día.
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¡Gracias por leerme, te quiero! 📝🌎💕
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Writing In The Dark
Teen Fiction" Estas historias alguna vez fueron sobre mi vida. Ahora, lo serán sobre la tuya. " Estas, son las confesiones sobre la vida de Gracia. Algunas más realistas que otras. Algunas más románticas que otras. Donde todo sube y baja, y nunca se sabe que es...