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         • Domingo 24 de diciembre •

Su cuarto era completamente oscuridad, ninguna luz ni cantos de pajaritos molestos entraban en el. Tardaba 10 minutos en poder levantarse debido a lo frío de su cuarto y la oscuridad no lo hacía más fácil. Cada mañana lavaba su cara y aplicaba dichos productos para el cuidado de ella; debido a que su madre no estaba en casa y no volvería hasta tarde se dispuso a arreglar la sala y lavar algunas cosas antes de que su visita, Moonbin, llegará.

A diferencia de otras familias que mantenían orden en sus casas la casa de Dong Min era lo contrario, Debido a el poco tiempo que el y su madre tenían por lo general la casa se encontraba sucia y era los domingos cuando limpiaba.

Ya casi terminaba con los deberes, lo único que aún le faltaba eran los trastes, no era de sus cosas favoritas en cuanto a la limpieza. Odiaba el hecho de tener que tocar comida mojada y asquerosa o lavar los trastes donde a veces llevaba su lonche que se apestaban en menos de dos horas. Para su suerte el timbre de la casa sonó haciendo que dejara de lavar.

Ya voy! espere un momento. "

Al parecer la persona que tocaba no lo había escuchado y ahora se escuchaban los golpes mucho más fuertes y sin que el timbre dejara de sonar. No importa quién fuera, esa persona recibiría  un fuerte grito de parte de Dong Min.

– !Dije que ya voy¡ — abriendo la puerta– ¿Porqué golpeas mi puerta?

–Lo siento, pensé que te abrías ido y me desespere un poco.–Sonriendo.

– Tonto. –Dando un leve golpe en su cabeza.– Odio que la gente toque así de fuerte, Moonbin, Por favor no lo hagas otra vez.

–Perdón...

– Pasa.— se movió mientras le daba el Paso a dentro.

– Tu casa es muy linda– observando el interior.– lindos cuadros, son raros, pero lindos.

Moonbin tomo un pequeño cuadro que se encontraba arriba de el viejo tocador, era un pez siendo atrapado por una caña de pescar mientras los otro huían con miedo, algo inusual de ver.

– Este cuadro es muy lindo– mirando con detalle cada pequeña parte del cuadro.– ¿Dónde lo compraste?

– Yo lo hice – habló tímido.– la mayoría de los cuadros que están colgados son míos.

Dejando el pequeño cuadro en su lugar, Moonbin cambió su expresión a una de completo asombro mientras observaba de nuevo con detalle cada uno de los cuadros. No se molestó en disimular un poco su gran cara de asombro y eso a Dong Min le encantaba.

– Tu haces arte– le sonrió.– ¿Por qué no me lo dijiste? Guau.

– Es algo mínimo, no pensé que importara.– habló mientras se dirigía a la cocina.– Aún no compro la comida... así que no sé que ofrecerte.

Por un momento recordó que su madre había hecho brownies la noche anterior, sonrió mientras agradecía internamente a su madre.

– Puedes poner algo en la televisión. Yo iré por unos brownies, mi mamá ayer hizo... lo olvide.

–De acuerdo.

Paint Me. [Binwoo] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora