Paint Me. [Binwoo] EDITANDO

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• Miércoles 3 de enero •

Salir a correr no era algo que Dong Min solía hacer, antes rara vez corría por las mañanas. Incluso su madre estaba impresionada con su nueva rutina, pero era algo que le hacía muy feliz. Ahora sentía energía y no sentía ese estrés que normalmente sentían los ciudadanos de Seúl; le gustaba hacer esas pequeñas cosas que lo hacían sentirse bien y cómodo.

Aún seguía en su trabajo; Con su mismo jefe insoportable y una paga miserable. Young Mi era la única persona con quien se podía desahogar sobre que tan inconforme estaba.

–Escuche al jefe que tendríamos horas extras– lo miró con frustración en su pequeña cara– ¡Ay, No quiero!

– Cuidado o te escuchará.

– No me importa si me escucha, ¡Que se entere! – exclamó levantando ambos brazos.

Dong Min siguió escuchando un rato más las protestas de su compañía mientras miraba aburrido como las personas caminaban por la calle. Poco después de un rato Young Mi había dejado de hablar para atender a un cliente nuevo.

El día tenia pinta de ser muy aburrido.

– ¡Hey!– exclamó una voz.

– ¿Qué haces aquí? –preguntó.

–¿Qué que hago aquí? ¿Qué clase de vendedor eres? –río– vine porque necesito comprar unas cartulinas.

– Sabía que no venías a ver a tu buen amigo, que malo eres, Jinjin – Tomando las cartulinas.

– ¡No dijiste eso cuando te lleve a comer pollo porque te sentías mal!

–Oh, sí, me has hecho reflexionar –habló entregándole el ticket– tu cuenta.

–Toma. — dándole un par de monedas– ¿Te desapareciste? Hace varios días que no vienes con nosotros.

Dong Min tragó saliva y miro a su amigo sintiéndose un poco mal por haberlos dejado de lado. Tiempo es lo que menos tenía.

– Lo siento... salgamos, ¿Sí?

– Mírate. Estás siendo consumido por el trabajo, vaya. –Sonrió– nos vemos luego, DongMin.

Eso no era verdad, el lo sabía.  Nunca fue de esas personas obsesionadas por su trabajo y que olvidan su vida social; La única razón de su falta de tiempo era un chico de hermosa sonrisa llamado Moonbin.

Aún así, extrañaba mucho a sus amigos, sobre todo a su pequeño SanHa. Esa misma tarde iría a visitarlos.

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Sin duda la hora de salir lo hacía muy feliz. Después de un día de trabajo los brazos de Moonbin y una charla con sus amigos es lo que más quería.

– Fue un día largo –dijo sonriéndole mientras le tendía la mano.

– Lo fue – confirmó, tomó su mano y entrelazó ambas– Lo siento Dong Min, hoy no podré quedarme un rato contigo. Tengo... unas cosas que hacer.

– Está bien –Sonrío– de todas formas planeaba salir con mis amigos.

Caminaron juntos hasta donde normalmente Dong Min tomaba el autobús, para su sorpresa no había ninguna persona esperando por el.
La espera fue corta, el autobús tardó 5 minutos en llegar. Moonbin apretaba sus mejillas mientras le sonreía de la forma que a el le encantaba.