A primera vista.

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Se levantó lentamente hasta quedar de puntillas; sus ojos lograron mirar por encima de los productos de limpieza que se encontraban justo a un par de centímetros frente a su rostro, colocó las manos en una de las repisas del metálico anaquel para así mantenerse en esa posición con más facilidad. Ahí estaba de nuevo, aparentemente indecisa por un par de botellas de suavizante de telas que mantenía entre sus manos, esa chica, la misma chica de cabellera hermosa, larga y castaña que había visto en la cafetería de su Universidad. La conocía, claro que sí, ella era Minatozaki Sana: Mejor amiga de su amiga Momo, modelo profesional en Japón y actualmente estudiante de artes escénicas en la misma Universidad en la que ella estudiaba. Indudablemente Sana era una chica demasiado atractiva y llamativa, cualquiera que la mirara por las calles de Seúl sabría que ella estaba destinada al mundo del espectáculo y la fama, alguien totalmente distinta a Dahyun quien se denominaba así misma como una persona demasiado pequeña, sin grandes curvas, introvertida la mayor parte del tiempo y bastante aburrida, sin embargo, eso nunca había sido algún problema, ella adoraba tener un reducido círculo social y mantenerse fuera del foco de atención, por lo tanto, le gustaba que sus amistades y conocidos fueran igual de discretos, le desagradaba que alguien quisiera llamar la atención todo el tiempo con modas estúpidas o actitudes falsas. Entonces... ¿Por qué Sana le llamaba tanto la atención? ¿Por qué quería acercarse a decirle que definitivamente la botella azul cielo era más eficiente para la ropa? Probablemente la japonesa sería desagradable y falsa como todas las de su tipo, sin embargo, no podía contener esas ganas de querer acercarse.

Cualquiera que la mirase de lejos la podría llamar acosadora sin problema alguno, pues el ver a una persona de forma tan insistente definitivamente no era normal, pero poco le importaba el que la gente pudiera mirarla mal, cuando algo intrigaba a Dahyun simplemente se tomaba la libertad de hacer todo lo posible para saciar su curiosidad, curiosidad que había nacido de la nada un día escolar común y corriente cuando Momo le había indicado que su mejor amiga se encontraba de regreso en la vida Universitaria y acto seguido había levantado el dedo índice para indicar el lugar exacto en dónde la castaña se encontraba. Dahyun jamás se había cuestionado su sexualidad hasta que sus ojos se toparon con la hermosa mujer que Momo le había mostrado, ni siquiera cuando se dio cuenta que su novio no lograba despertar ninguna reacción sexual en ella se había preguntado si se encontraba en el camino correcto, y aunque decidió no darle mucha importancia a su forma nada heterosexual de mirar a la japonesa, sabía que sería peligroso acercarse demasiado a ella, por lo que tomó el quita sarro del anaquel en el que se encontraba y salió disparada hacia las cajas de cobro. Después de salir del mini súper desbloqueó su celular y rodó los ojos al encontrarse con las siete llamadas perdidas que tenía de parte de su novio. Sí, seguramente le esperaba un gran drama y varias horas de reclamos.

Días después de su encuentro con la japonesa en el mini súper volvió a encontrarse con ella en el gimnasio escolar, quizá no debió sorprenderle demasiado que la chica tuviera buena flexibilidad ya que su carrera se basaba básicamente en situaciones que lo ameritaban, sin embargo, no pudo mantener su quijada cerrada con cada split y pirueta que la muchacha hacía con las indicaciones de su profesor. Al parecer se estaba preparando para un concurso de baile clásico o algo por el estilo. Como siempre, yendo en representación de su Universidad y sobresaliendo al máximo.

Tenía la horrible costumbre de visitar a Chaeyoung cada que se sentía aburrida y sin ganas de ver a su novio. La librería donde trabajaba la bajita hacia que Dahyun tuviera ciertos beneficios con la mercancía ya que muchas veces los clientes desempaquetaban los libros para echarles una ojeada y los volvían a dejar en los anaqueles, por lo que la joven se quedaba a lado de su amiga leyendo libros desempaquetados al mismo tiempo que bromeaba y comentaba disparates con ella. Rutina casual, vida normal, todo marchaba perfectamente monótono como siempre, hasta que esa bendita muchacha volvió a hacer acto de presencia en un día tan común de su vida, por lo que Dahyun se encogió en su silla detrás del mostrador hasta llegar a ser totalmente invisible para el público; movió algunos libros para poder observar a la japonesa por el vitral del mostrador, era una pequeño espacio para poder mirar pero era suficiente para observarla con claridad. La chica de cabellera larga se paseaba por la tienda despreocupadamente y aunque todos los trabajadores varones se ofrecieron a ayudarla ella había declinado amablemente cada uno de sus intentos. Sí, por supuesto que lo haría, ella era hermosa y no dejaría que cualquier trabajador hormonado y común si quiera intentara conquistarla, eso hacían las de su tipo, fijarse en lo más frívolo y superficial antes que cualquier otra cosa, por esa misma razón Dahyun se maldecía mil veces al no poder dejar de mirarla, pero su curiosidad era mayor a su sentido común, así que se quedó haciendo exactamente lo que detestaba hacer. Cuando la japonesa encontró lo que buscaba se acercó al mostrador y le brindó a Chaeyoung el libro que compraría, tuvieron una breve y amena charla haciendo que la escondida muchacha frunciera el ceño ¿Chaeyoung hablaba con ella? ¿Desde cuándo eran amigas? ¿Por qué no se lo había mencionado? Sus preguntas se detuvieron en seco cuando los ojos de la japonesa parecían posarse en el rostro de Dahyun; mantuvo la respiración en cuanto Sana achicó los ojos, mordió su labio inferior lentamente y enseguida señaló en su dirección con su dedo índice.

-¿Éste? - Preguntó Chaeyeong con amabilidad al mismo tiempo que empujaba levemente a Dahyun para sacar del mostrador un libro de cubierta roja- Nos acaba de llegar esta semana. Ha tenido muy buenas críticas pero no he tenido la oportunidad de leerlo. Quizá después puedas contarme qué te pareció- Sonrió levemente, pasó el código de barras por un laser rojo y lo colocó en la bolsa donde se encontraba su otra compra.

Dahyun volvió a inhalar oxigeno en cuanto se percató del gran mal entendido. Sana no la había mirado, simplemente había señalado un libro que le había agradado, era obvio, no había posibilidad de que fuera visible y era aún menos probable que la japonesa se acercara a señalarla de la nada. Había parecido una total estúpida al reaccionar de esa manera, es decir, ya no estaba en su adolescencia como para tener ese tipo de actitudes y lo que era peor aún, estaba actuando de esa manera con alguien que parecía ser todo lo que detestaba, alguien a quien no conocía en absoluto... Alguien que era del mismo sexo que ella. Sonaba absurdo porque Dahyun no tenía problema con los homosexuales, pero justo en ese momento, ese momento en el que la japonesa le daba la espalda y movía sus caderas de derecha a izquierda en su elegante andar, era en ese momento que empezaba a ser incomodo no haber evitado mirar su trasero por más de cinco segundos.

-Sana es muy amigable. Hemos charlado en un par de ocasiones anteriormente y me parece bastante agradable- Agregó Chaeyoung mientras acomodaba algunos libros recién llegados en un estante. Dahyun no había esperado mucho antes de empezar a bombardearla con preguntas que tenían a la japonesa de por medio- Creo que podrías llevarte bien con ella.
-¿De qué estás hablando? Ella luce tan superficial y hueca. Es imposible que alguien como ella forme una amistad conmigo- Contraatacó la pelinegra.
-Tú estás siendo demasiado superficial con ella. No juzgues a alguien por su apariencia- Frunció el ceño levemente para enseguida cambiarlo por una expresión pícara- Además, parece ser que llama demasiado tu atención ¿Crees que no me percate de cómo la mirabas? ¡Santo cielo! Si comieras con la mirada te la hubieras devorado por completo.
-No digas ridiculeces, cabeza de casco- Rodó los ojos y se giró sobre sus talones- Sabes que soy demasiado observadora en ocasiones. No confundas- Empezó a caminar de nuevo hacia el mostrador para reanudar su lectura- Además, es una chica y yo tengo novio. Es absurda siquiera la idea.
-Claro que es una chica ¿O a caso no te diste cuenta que el trasero que mirabas con morbosidad no se trataba de un chico? Creo que sus caderas son demasiado pronunciadas como para confundirte. - Chaeyeong no le daría tregua en un gran rato. Quizá tardaría semanas en dejarla de molestar con eso, Dahyun lo sabía, pero no le molestaban las burlas, sino el hecho de que tenía razón.

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¡Primer capítulo!

Antes que nada, quisiera darle un agradecimiento especial a IlianaJG por ser la artista detrás de la preciosa portada /u/

Si shippean Drarry/Harco esta mujer hace arte en fanfics, así que por favor visiten su perfil.
¡Te amo, Iliberta! ¡Gracias! -3- <3

Hola a todos/as, regreso al mundo del K-pop y fanfics con SaiDa ya que creo que hace falta un poco más de fanfics de ellas e.e
Prometo que esta historia no será el cliché de la niña nerd que se enamora de la popular. Por favor, denle una oportunidad, puede sorprenderlas/os. eue

A veces los capítulo serán un poco más cortos, así que sean pacientes conmigo, por favor. o3o
Si tienen algún comentario positivo o negativo siéntanse libres de decírmelo, agradezco cualquier tipo de comentario que me haga sentir que alguien sigue mi historia :3

Sin más que decir ¡ojalá que lo disfruten!

Poison In The Skin // SaiDaWhere stories live. Discover now