Poison In The Skin // SaiDa

Momento de un cambio

Habían pasado semanas desde la última vez que se había encontrado con la castaña, guardaba cierta esperanza de encontrarla con Momo en algún momento, pero parecía que siempre llegaba justo cuando su amiga se acababa de marchar.

Pensaba en lo tonta que había sido al salir de la fiesta sin un plan mientras caminaba por las oscuras calles de Seúl a paso apresurado, sacó su celular del bolsillo de su cazadora y miró por unos segundos la pantalla, se maldijo así misma ya que faltaría de menos una hora para que el primer tren saliera. Mordió su labio inferior mientras se debatía internamente; Podía regresar al departamento de Chaeyoung e intentar continuar festejando el cumpleaños de la mencionada mientras discutía con EunWoo o podía esperar en la estación del suburbano hasta que empezara a dar servicio. "Al diablo", susurró mientras caminaba a la estación más cercana, no regresaría a ese lugar solo para tener la misma discusión que no llevaría a ningún lado porque era demasiado cobarde para ponerle fin.

Al llegar a la estación tomó asiento en una metálica y congelada banca; el frió, especialmente en esa estación del año, era terriblemente inmenso, por lo que empezó a frotar sus manos una contra la otra. Echó una mirada a todo el lugar buscando algún posible asaltante, asesino serial o violador, haciéndose reír a sí misma al recordar que eso no podría ser posible en un lugar donde, a pesar de aún no tener servicio, ya estaba siendo vigilado por guardias de seguridad.

Cerró los ojos e intentó darse una pequeña siesta, sin embargo, aún tenía varios efectos del alcohol bebido apenas hace unos momentos recorriendo su cuerpo. Era maravilloso tener fiestas con sus amigas, pero... ¿Por qué tenían que invitar a EunWoo? Era un pesado cuando bebía y, quizá podía comprenderlo un poco, pero igual no era agradable estar un segundo más con él después de tres cervezas, pues para el colmo, parecía que solo necesitaba el aroma del alcohol para ponerse ebrio.

Se mantuvo inmersa en sus pensamientos hasta que el suave sonido de un par de tacones acercándose al lugar llamó su atención, giró discretamente su mirada hasta encontrarse a la dueña de dicho sonido; una castaña muchacha que parecía congelarse se acercaba a la parada del tren, su vestimenta era juvenil pero al mismo tiempo elegante, sin embargo, lo que más llamaba la atención de la pelinegra era lo adorable que se veía con la situación. Después de tanto tiempo sin verla, era todo un deleite encontrarse con ella en una situación tan cotidiana. Sonrió casi de forma automática al notar como la castaña movía sus pies y sus brazos de forma infantil intentando crear un poco de calor. No podía despegar los ojos de esa mujer, quizá eran los efectos del alcohol o... Quizá sí había algo mal en ella. Antes de que pudiese darse una respuesta lógica al porqué era tan adorable aquella castaña la mencionada levantó la mirada y miró directamente a Dahyun, al sentirse descubierta la pelinegra giró su rostro al lado contrario. ¿Había alguna manera de haber sido más obvia? No se le ocurría ninguna. Que estupidez, ahora la chica pensaría que Dahyun era rara o acosadora, bueno, tal vez ella hubiera pensado lo mismo si alguien la hubiera mirado tan insistentemente como lo había hecho.

—Hola— Pronunció una voz demasiado dulce y con un toque chillón— Hace mucho frío ¿Verdad?

La pelinegra giró su rostro hasta quedar frente a la chica que hace momentos se encontraba de pie a algunos metros, miró detenidamente cada una de sus facciones hasta detenerse en los hermosos y brillantes ojos que la sonriente castaña poseía. Sí, definitivamente esa mujer estaba destinada a ser una idol.

—Te traje esto— Agregó la recién llegada mientras le extendía un café en lata que comúnmente se encontraban en las maquinas dispensadoras de los suburbanos— Te ves un poco... Ebria, así que creí que esto te ayudaría.

Recibió la lata con una pequeña sonrisa y movió levemente la cabeza en forma de agradecimiento. Si no se apresuraba a decir algo se vería aún más extraña.