Siempre Sergio.

144 6 0
                                    

Capitulo 18

Enseguida lo separé, no quería que pasase de eso. Pero él sin decirme nada me volvió a besar.

Desde siempre había odiado eso de volver con un ex, porque sería como volver a repetir una mala experiencia, ya que si había terminado era por algo. Pero con Sergio todo era diferente, no sé, supongo que aun me seguía gustando, o tal vez estaba muy confundida, pero esta vez le seguí el beso a Sergio. Nos tumbamos sobre el césped y él bajó un poco el tirante de mi camiseta y me besó por el hombro. Ahí me di cuenta, no le quería, ni siquiera me gustaba, yo quería a Xriz. Me levanté corriendo y le pedí a Sergio que me llevase a las oficinias, donde estaba Xriz.

Llegamos a tiempo y en la puerta estaba él.

Me acerqué a él esperando un abrazo suyo, o un "te quiero". Pero nada de eso, me rechazó, bajó la cabeza y se fue. No sabía donde iba, pero tenía la carta en la mano, la había encontrado.

Decidí dejarlo ir.

Supuse que la había leído entera.

Me fui a casa.

Varias horas después apareció él.

-Cristian. -Fui a abrazarlo.

-Hola. -Dijo con la cabeza baja.

-Yo... lo... lo siento. Quería contartelo pero...

-Mejor dejalo. Hoy dormiré en la habitación de invitados.

-Pero...

-Dejalo, no quiero explicaciones. -Dijo poniendome la mano en la boca mientras se iba.

-Que sepas que te quiero.

Abrí la puerta y me fui.

Era casi de noche. Pero eso no me importaba, lo unico que quería era desaparecer. Olvidarme de donde estaba, no pensar a donde iba, simplemente caminar. Eso quería, caminar sin rumbo, sin tener una dirección.

Casualmente me encontré con Sergio.

Me vió con los ojos llorosos y me abrazó. Supongo que no sabía que me pasaba. Y que tampoco sabía que era su culpa. Pero preferí no seguir culpándolo, ya había hecho bastante. No quería mas peleas.

-No tengo donde pasar la noche...

-Quedate en mi casa.

-Molestaré.

-Tu nunca molestas.

-¿Seguro?

-Claro que no molestas, tonta.

Le abracé con fuerzas y sin poder evitarlo rompí a llorar. Sergio intentaba calmarme, pero no había manera. Xriz era lo mas importante que me había pasado en mucho tiempo, y no quería perderlo. Y por una estupidez lo voy a perder.

Nos fuimos a su casa. Era grande pero solo tenía una habitación.

-Tu dormirás aquí y yo en el sofá.

-Sergio..

-Dime. -Dice sonriendo.

-No me dejes sola. Duerme conmigo.

Sonrió y aceptó con la cabeza. Se puso un pijama y se tumbó a mi lado. Me besó en la cabeza y abrazados nos dormimos.

Por la mañana me desperté antes de que lo hiciese Sergio y me fui a casa, con Xriz.

Nada mas entré Xriz me abrazó.

-Pensaba que te habias ido, y que no volverías.

-No me iría sin decirte nada.

-Lo siento.

-Perdoname. Se que te lo tendría que haber contado.

-No pasa nada de todas formas no estábamos juntos.

-Pero... ¿Has leído la carta entera?

-No ¿Que ponía?

-Nada... mas de lo mismo.

Preferí no decirle nada y le besé. No sabía nada del embarazo y preferiría no decírselo hasta que pasasen dos meses, dicen que no es bueno hacerse ilusiones antes de los dos meses por si lo pierdo.

-¿Vamos a dar una vuelta?

-Si, será lo mejor.

Cogimos el coche y nos fuimos a una especie de invernadero, todo lleno te plantas de diferentes tipos.

-¿Donde estamos?

-No sé, pero recuerdo que cuando venía con mis padres de vacaciones aquí, en aquella casa de allí -Señala una casita de madera. -Yo solía jugar aquí, y varios años después sigue como el primer día. Y me se todos los rincones secretos.

Me cogió de la mano y me llevó a un rincón cubierto por plantas y con una sábana en el suelo. Nos sentamos ahí y nos pusimos a hablar, recordando como nos conocimos.

Empezamos a reírnos y sin darnos cuenta cada vez nos íbamos acercando más.

Nos quedamos serios, mirándonos fijamente. Xriz se lanzó y me besó, le seguí, bajó y me besó el cuello. Sabía lo que quería, y yo también lo quería. Nos tumbamos sobre el suelo, y él iba desnudándome poco a poco. Primero me bajaba el tirante, luego subía un poco la camiseta... queriamos disfrutar más el momento. Subió sus manos hasta mi pelo y lo acarició suavemente, yo bajé mis manos y le desabroché sus pantalones, y él empezó a tocarme mas íntimamente. Nos quitamos la ropa muy lentamente, mientras nos besábamos.

Y entonces nos relajamos y lentamente fuimos haciéndolo, era como si nos deseasemos mas que nunca, siempre que nos peleamos la rencolinciación es mejor.

No pude evitar soltar un par de gemidos, era algo increíble. Lo hicimos como nunca. Bueno, es que cada vez que lo hago con él es diferente.

-¿En qué piensas?

-En que eres perfecto. ¿Y tú?

-En que eres lo mejor que me ha pasado, princesa.

Le beso. Me besa y me acaricia la espalda, haciéndome pequeños masajes.

-Me cuesta imaginar que sería de mi sin ti.

-A mi me mata pensar que por imbécil casi te pierdo.

-Te quiero.

Nos íbamos a besar de nuevo, cuando escuchamos un ruido, levantamos las cabezas y vimos a un señor mayor, con cara de enfadado mirando para un lado y para otro.

-Malditos seáis, salir de donde estéis, he visto vuestro coche ahí fuera.

Nos vestimos a toda prisa y salimos por otro sitio. No nos vió, arrancó el coche y nos fuimos. Por el retrovisor vimos como el viejo salía maldiciéndonos. Nos empezamos a reír. Me salió una risa muy escandalosa, nos reímos tanto que me costaba respirar e hice el sonido de cerdo que tanto odio. Nos seguimos riendo, entonces noté como Xriz dejaba de reír y me miraba.

-Me encanta cuando te ríes así. -Me dice poniendo su mano sobre mi rodilla.

Sonrío y me sonrrojo.

-No te pongas así, tonta.

-Pues no me digas esas cosas.

-Pues no seas tan perfecta.

Algo mas que solo sexo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora