Prólogo

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Prólogo

Se dice que la vida es un espiral que rota indeteniblemente, un boomerang que girando en las delicadas hebras del tiempo, escarba historias, derriba hechos y construye eras. Siguiendo un perpetuo ritmo desde la línea de inicio hasta tocar la meta y viceversa. Perfecto, siempre tan perfecto. Un calibrado mecanismo de relojería que amenazaba con colapsar ante el más sutil de los roces.

Y así ocurrió.

Los esplendidos engranes detuvieron su marcha, y el supuesto sendero en forma de "U", se transmutó en una espeluznante recta sin la opción de adquirir un boleto de retorno. Estaba encadenada y por decreto del inframundo, no tenía permitido volver al mundo de los vivos. Sin embargo, la dulce diona desafió de nuevo las leyes de los muertos y una metamorfosis ocurrió. Sus ensangretadas alas se pincelaron oscuras, tatuándose en sus bellas extensiones, la voraz hambre con la que aquellas tétricas fauces anhelaban engullirla. Revoloteó lejos, escapando entre lamentos de criaturas miserables, arrastrando consigo el embriagante aroma de la fatalidad y la agonía. Las huellas de su huida quedaron a la vista, tan evidentes que cualquiera podría seguirla.

Tan cruel e inhumano. El inframundo la exigía de vuelta, enviando a uno de sus demonios para arrancarle las alas y postrar en una bandeja su cabeza. Una nueva pieza emanaba de las profundidades del averno. La figurilla del Caballo había tomado su puesto en el tablero de ajedrez con la clara misión de arrebatar a la Reina Blanca de las manos del Rey y del Peón negro.



-Tan frágil e ingenua. Tu único error, fue atreverte a volver a este mundo, pequeña mariposa negra.- 

Ayudante de Cupido - El Retorno de Las Almas© (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora