Capitulo 34

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Las últimas dos horas para Vegeta y Bulma han sido horas de amor y de pasión sin sosiego, han consumido ese amor que por tantos meses les quemaba por dentro, esa llama que a pesar del tiempo y todo lo ocurrido, jamás se apagó, más aun pareció crecer y madurar, dejando atrás los celos, el orgullo y el miedo.

Bulma: ¿Crees que nos estén buscando? - él no le responde, pues se encontraba perdido en su mundo, besando y acariciando el vientre de Bulma, sintiendo como su hermosa creación, parecía buscar el tacto de su padre a través de la seguridad y el calor de la matriz de su madre.

Vegeta: ¿Cómo no me lo dijiste antes mi amor?, debiste buscarme. Todo este tiempo me la pase lejos de ti, de mi hijo, debí estar ahí para protegerlos. - ella sonríe, deslizando los dedos por el cabello de Vegeta, quien parecía no poder despegarse de su vientre.

Bulma: Creo que era necesario, necesitábamos este tiempo....para pensar, analizar nuestra relación....Nuestros sentimientos....Sobre todo madurar Vegeta. - él le da un último y tierno beso a su vientre, ascendiendo su cuerpo, quedando su rostro frente a frente con el de ella.

Vegeta: Lo sé mi amor.....Nos estábamos lastimando. - besa sus labios despacio, rozando los suyos contra los de ella.

Vegeta: Perdóname preciosa....Perdóname por todas las lágrimas que derramaste por mi culpa.

Bulma: Vegeta.

Vegeta: Solo dime que me perdonas por hacerte tanto daño....Por mentirte....Perdóname.

Bulma: Vamos a olvidarnos de todo eso....No quiero estar otro día más sin ti.- él le sonríe y la besa.

Vegeta: Yo tampoco. - intenta besarla de nuevo, pero Bulma se aleja.

Bulma: Vegeta estas casado, Caulifla espera un hijo tuyo. - Vegeta agacha la mirada tristemente, recordando esa pesadilla de vida que vivía junto a Caulifla, esa horrible pesadilla que también era su realidad.

Bulma: ¿Sabes?- pregunta, levantando con sus dos manos el rostro de Vegeta.

Bulma: No me importa. - la cara de Vegeta se ilumina.

Bulma: Siempre he sido fuerte y he luchado por lo que quiero y créeme que no voy a dejar que esa tipa te aleje de mi lado.

Vegeta la mira directamente a los ojos, una mirada tierna, penetrante y llena de amor, sus labios se unen en un beso, ambos sintiendo como la pasión nuevamente se va apoderando de sus cuerpos, encendiendo ese fuego infernal de sus almas.

Vegeta: Te amo. – la besa con ardor sus labios, y desciende por su cuello, hasta llegar hacia su pecho desnudo, sus cuerpos se entrelazan, convirtiéndose en una sola persona, un mismo ritmo, despacio y tierno, luego salvaje y apasionado, navegando entre olas y estallos de placer, una y otra vez. Danzando entre los orgasmos y la calma, apagándose en sus almas, para luego volver a nacer en ellas.

Caulifla avienta un pequeño cuadro que se encontraba sobre una mesa de adorno en la sala. La furia y los celos incontrolables la tenían loca ya habían pasado por lo menos 3 horas desde que Vegeta y Bulma desaparecieron juntos, lo que más le molestaba era que ella, excluyendo a su padre, parecía ser la única quien estaba preocupada, pues los demás aún estaban festejando el cumpleaños de Panchy como si nada estuviera pasando, imaginando y deseando que sus respectivos hijos estuvieran arreglando sus diferencias, nadie podía imaginar la pasión que se ha desatado en la segunda planta y entre las sabanas de Bulma.

Caulifla: Maldita sea! Cuando vea a Vegeta te juro que.... - sus palabras quedaron cortas pues, justo cuando iba pasando por el vestíbulo, Vegeta y Bulma venían bajando por las escaleras, tomados de la mano.

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