Capitilo 30

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Bulma se encontraba sentada sobre un sillón, cerca de la alberca, observando perdida en pensamientos, como se dibujaban pequeñas ondas en el agua, provocadas por la brisa cálida que acariciaba la superficie, ella suspira, despejando la mirada hacia el cielo.

Bulma: Esto es demasiado...Vegeta, ¿porque?- Panchy se acerca a su hija, sentándose a su lado.

Panchy: Mi amor, ¿Qué haces?

Bulma: Mamá, quiero estar sola.

Panchy: Bulma me preocupas....hable con Vegeta (padre) y....- Bulma se para rápidamente.

Bulma: ¿Y qué?....Te anda contando cosas de mi ¿verdad?!

Panchy: Él también se preocupa mucho por ti....Eres como su hija.

Bulma: No soy su maldita hija! ¿Me oyes?!

Panchy: Bulma!

Bulma: Maldita sea la hora en que me vine para esta casa!

Ella avienta el sillón y corre dentro de la casa, el dolor que llevaba en el alma era inmenso, Bulma respira profundo, intentando reprimir el llanto que le presionaba la garganta. No quería llorar, juro jamás hacerlo, ella utiliza el coraje y la rabia, como fuerzas para no soltar en llanto, pero para su desgracia, justo en ese instante iba llegando la causante todo su sufrimiento.

Caulifla: Hola, Bulma. - dice seriamente.

Bulma: Hola, querida.- dice con una sonrisa hipócrita.

Caulifla: Supongo que ya sabes lo de....

Bulma: Supones bien!....Que rapidita me saliste!

Caulifla: Bulma, no vengo a pelear contigo, créeme que esto es lo último que esperaba.

Bulma: Yo tampoco tengo ganas de hablar contigo fíjate! - ella se voltea para irse.

Caulifla: Espera! - Bulma se detiene.

Caulifla: Yo se lo tuyo con Vegeta....Me lo conto mi papá.- Bulma voltea hacia ella con la mirada llena de odio.

Bulma: ¿Qué?! Se lo dijo Vegeta (padre) ¿verdad?!

Caulifla: Si.- la mira desafiante con una leve sonrisa en el rostro.

Caulifla: Solo te advierto una cosa, estoy esperando un hijo de Vegeta, y no quiero que te entremetas en nuestra relación! - Bulma le devuelve la sonrisa.

Bulma: ¿Relación?....No mal interpretes las cosas querida, si Vegeta y yo rompimos, no fue precisamente por tu maldita culpa!. Aunque te pese admitirlo, Vegeta me ama y si no estamos juntos, es porque yo, así lo he decidido!

Caulifla la mira seriamente reventando de la rabia, pues ella sabía que sus palabras eran ciertas, pero lo que no sabía es que el orgullo y el resentimiento de Bulma, jamás le permitirían semejante cosa.

Caulifla: Eres una descarada ¿sabes?

Bulma: Eso y más Cauliflita! Así que no te metas conmigo! - dice sonriendo y dirigiéndose hacia las escaleras, en ese mismo momento iba bajando Vegeta. El tenía el ojo derecho un poco hinchado por la patada que Bulma le había dado la noche anterior, sus miradas se cruzan, Bulma mira hacia Caulifla, luego mira de nuevo a Vegeta y de pronto toma a Vegeta por el cuello y le planta un beso apasionado, tronando los labios y jugueteando con su lengua, dejando a Vegeta incapaz de detenerla, ella se abalanza sobre él, tumbando su cuerpo sobre las escaleras, besando sus labios y acariciando su cuerpo salvajemente, Vegeta responde a su beso y a sus caricias, olvidándose por completo de Caulifla, intensificando la pasión y explorando su boca con tanto ardor como si fuera la última vez, temiendo que en realidad si lo fuera.

Vegeta: Bulma... - murmura, abrazando el cuerpo de ella con todas sus fuerzas, Bulma acerca el rostro hacia su oído y le susurra.

Bulma: Eres patético. - ella se zafa de sus brazos, poniéndose de pie y volteando hacia Caulifla, con una sonrisa sínica.

Bulma: Adiós querida! - ella termina de subir las escaleras, Vegeta aun no se había movido, Caulifla se acerca a él, llena de rabia.

Caulifla: Eres un desgraciado! - lo cachetea, él se para enfurecido, tomándola por los brazos.

Vegeta: ¿Estás loca?!

Caulifla: La única loca aquí es esa....

Vegeta: Cállate! No te atrevas a insultarla!

Caulifla: Que estúpido eres! ¿Todavía la defiendes?!

Vegeta: Todo esto es por tu maldita culpa!

Caulifla: Hay perdóname! Pero déjame recordarte que este bebé no lo hice sola! Y vas a responder quieras o no!

Vegeta: Si en verdad es mi hijo, cosa que lo dudo!, por eso no tienes que preocuparte!. Solo te digo desde ahora, que entre tú y yo, jamás....¿Me escuchas bien?!....Jamás abra algo! Voy a recuperar a Bulma, lo juro por mi vida que lo hare!

Caulifla: Nunca le daría a mi hijo una madrastra! Y menos esa salvaje!

Vegeta: ¿Que estás diciendo?!

Caulifla: Te casas conmigo....o te olvidas para siempre de tu hijo! - él abre los ojos asombrado y lleno de furia.

Vegeta: ¿Estás loca?!

Caulifla: La decisión es tuya, solo espero que algún día no te arrepientas si te decides por la....- él la agarra aún más fuerte.

Vegeta: Cállate!

Caulifla: Suéltame imbécil que me lastimas!

Vegeta: Si es mi hijo, tengo derechos! Ni tu ni nadie puede prohibirme verlo!

Caulifla: Eso lo veremos! Parece que se te olvida quien es mi padre!

Vegeta: No me importa quién sea tu padre o cuánto dinero tengan, porque a mí, como ya sabes no me hace falta!...Estas enferma! ¿Cómo puedes querer obligarme a estar contigo? Sabiendo que amo a otra! – Caulifla se zafa de su agarre.

Caulifla: Ya estas advertido! - ella sale de la casa rápidamente, Vegeta golpea la pared de coraje y de la impotencia.

Vegeta: Maldita Sea! - corre hacia arriba desesperado y entra bruscamente en la habitación de Bulma, ella se estaba vistiendo, y aun se encontraba en ropa interior.

Bulma: ¿Qué haces?! Fuera!

Vegeta: No me muevo de aquí hasta que me escuches!

Bulma: No empieces esto de nuevo! – él la toma por la cintura.

Vegeta: Bulma....mírame a los ojos. Mírame y dime que no deseas estar así en mis brazos!....Dime que puedes vivir sin mi....Sin mis besos...Dímelo!

Bulma despeja la mirada, batallando las lágrimas que querían salir de sus ojos.

Vegeta: Mírame mi amor! - ella lo mira fijamente a los ojos, la mirada de Vegeta era tierna y llena de dolor, Bulma sentía unas ganas inmensas de abrazarlo, besarlo y jamás dejarlo ir, pero su orgullo y todas las malas experiencias del pasado no se lo permiten.

Bulma: Púdrete! - la mirada tierna de Vegeta se convierte en una de rabia.

Vegeta: Bien....Pues has tú lo mismo!

Él la tira bruscamente sobre la cama y sale por la puerta, cerrándola de golpe, Bulma se queda pasmada, sintiendo como la presión y el dolor en su garganta le aumentaba.

Bulma: No te puedo perdonar....Me mentiste....Me engañaste - lágrimas empiezan a rodar por sus mejillas.

Bulma: No voy a llorar....Maldita sea! No voy a llorar! - grita mientras se limpia las lágrimas con coraje.

SABOR A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora