I - Un plan perfecto

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13:28 p.m.

Diana se retocó el maquillaje por última vez en el espejo del coche, asegurándose de que estaba todo bien. Segundos después sacó la llave del contacto y se bajó del coche para comenzar a caminar por el parking del Bernabeu, no sin antes bloquear su BMW.

Aquel 18 de Diciembre era un día especial, y no por la comida de Navidad con el equipo, sino porque esa misma mañana se cometería el crimen perfecto y la comida de Navidad era la excusa perfecta para hacerlo.

Porque ese día, ese 18 de Diciembre, terminaría definitivamente con la vida de Sara Sálamo.

Flashback...

Ha llegado el momento de que me devuelvas el favor— fue lo único que dijo Diana cuando su amigo Brett descolgó la llamada.

No hizo falta decir nada más para que él supiera a qué se refería. Brett recordaba a la perfección el día que fue declarado inocente gracias a la ayuda de Diana, a pesar de que él era culpable de aquel homicidio.

«Te debo una», fueron sus palabras cuando salieron del juicio, palabras que Diana recordó desde aquel entonces.

—¿Cuando y dónde?— preguntó Brett al otro lado de la línea, provocando que Diana esbozara una sonrisa gélida.

—En mi casa dentro de media hora.

Brett cumplió con aquello. Treinta minutos después estaba como un clavo frente a la puerta de Diana.

—¿Qué es lo que necesitas?— preguntó Brett mientras se adentraba en la casa de Diana, tomando asiento en el sofá como si fuera su propia casa

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—¿Qué es lo que necesitas?— preguntó Brett mientras se adentraba en la casa de Diana, tomando asiento en el sofá como si fuera su propia casa. Había confianza de sobra entre ellos dos.

—Necesito que me ayudes a matar a Sara Sálamo— fue la respuesta de Diana.

El moreno dejó caer su espalda sobre el acolchado respaldo del sofá y ensanchó su sonrisa, cruzando los brazos sobre su pecho. —¿Sara Sálamo? ¿La nueva novia de Isco?

Diana hizo una mueca de desagrado al mencionar la palabra "novia". Brett se dio cuenta de aquello y no pudo evitar soltar una carcajada al ver los celos de su amiga.

—¿Qué pasa? ¿Don Alarcón te ha dejado tirada por esa y ahora te la quieres cargar?— comenzó a picar Brett, regocijándose en su interior al ver la cara de enfado de su amiga. Le encantaba hacerla rabiar.

—Te recuerdo que si no fuera por mí llevarías ya dos años pudriéndote en la cárcel— soltó Diana con un tono venenoso. No estaba dispuesta a seguirle el juego esta vez.

V de Vendetta |Isco Alarcón|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora