Parte 4

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Escuché un ruido realmente molesto que no me dejaba seguir con mi sueño así que después de unos minutos me levante, escogí mi ropa y me metí al baño para darme una ducha.

Eran las 5:10 de la mañana así que iba con algo de tiempo por lo que después de vestirme salí a la cocina a prepararme un té ya que no me gusta el café, elegí un sobre de manzana con canela y lo deje un en la isla para terminar de prepararme una fruta con crema, le puse varios tipos de cereales y me senté a comer; mire el celular y vi la hora lo cual ya era un poco tarde, me apresure a comer lo que me faltaba que no era mucho porque en realidad como rápido, levante los trastes sucios y los puse en el lavaplatos, me lave los dientes, tome mis cosas y salí de la casa; me subí al carro y maneje hasta la oficina.

Entre al edificio y salude al guardia, cuando iba en el elevador decidí mandarle un mensaje a Liz...

[06:20] Yo: Hola, niña, ¡espero que tengas excelente día! :-)

Encendí mi computadora, limpie mi escritorio y acomode unos documentos y me puse a trabajar... tenía que revisar la redacción de unas notas para que las publicaran en la semana y tenía que ver qué día había espacio pues no me gustaba que el periódico quedara muy saturado.

Mire mi reloj que llevaba en la muñeca de mi mano derecha y mire que ya eran las 9:00 de la mañana, tome mi bolsa de piel tipo mariconera (Creo que así le llaman en algunas partes) me la colgué y me dirigí al café que quedaba a un par de cuadras de ahí.

Me senté en la misma mesa de siempre la cual estaba posicionada en una esquina cerca de la ventana, la vista desde ahí era impresionante, se veía un parque realmente grande que parecía un bosque pequeño, suena un poco loco; pero es cierto, se mira gente haciendo ejercicio y algunas personas sentadas en las bancas cerca del lago.

Mesera: Buen día, que te vamos a servir (La voz de la mesera me saco de mi pensamiento pero no voltee a ver a la muchacha y solo conteste).

Yo: Lo de siempre, por favor.

Mesera: mm... (Escuché que dudo y aun sentía su presencia ahí, en ese momento fue cuando mire a la muchacha de ojos cafés claros, cabello oscuro y vi que me miraba con indecisión)

Yo: Mmm ¿Eres nueva verdad?...

Mesera: Sí, tengo un par de días.

Yo: Ok... Trae... (No pude terminar ni siquiera la primera palabra que expulsaba de mi boca cuando una señora de 1.48 metros de altura le hablo a la muchacha).

Cata: Alexa, no te preocupes, ve a atender las demás mesas, yo me encargo. (La mesera no dijo nada, solo se encogió de hombros y se retiró; en cuanto vi a Cata acercarse me pare de inmediato y abrace a la señora de 60 años que ya estaba enfrente de mí)

Yo: Cata, cuánto tiempo sin verte, ¿Cómo has estado? (La solté y nos sentamos en la mesa, Catalina era como mi segunda madre, cuando llegue hace 4 años a esta ciudad no conocía nada ni a nadie y solo venia a este lugar a comer y así fue como la conocí).

Cata: Mi niña, te desapareces... ¿Dónde te has metido?, me tienes muy abandonada.

Yo: Perdón Cata, pero he tenido mucho trabajo y el día que vine no estabas, me dijo Arturo que te habías ido a tu pueblo.

Cata: Si mi niña, mi hija se enfermó y fui a visitarla.

Yo: ¿y cómo se encuentra Cristina?

Cata: Ya está mejor, ya sabes cómo es de exagerada, solo tenía un pequeño catarro. (Reí ante su comentario que era cierto, Cristina tiene 22 años y desde que la conozco es un poco dramática por todo).

Después de un rato de plática, almorcé y revise la hora en mi celular que lo tenía en la mesa, lo había sacado por qué me había llamado mi jefe y ya no lo guarde, cuando observe la hora ya eran las 10:30 de la mañana y mire que tenía mensajes de Whatsaap pendientes.

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