La verdad parte 2

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(narra Miriam)

Estoy sentada en el catre meditando como es que todo se fue a la mierda.... Esto debería ser distinto, debería estar en casa con mi esposo y mi hija, debería estar planeando como recuperar a mi nieta... debería.... Pero no ahora me encuentro en una celda como si fuera un animal. Y hablando de animales.

La puerta del ascensor se abre dejando entrar a uno de esos animales.. el odio que trasmite su mirada hace que me encoja, no soy una cobarde, pero hay que reconocer que estos hijos de puta dan miedo. En silencio camina hacia mí, abre la celda invadiendo mi espacio comienza a caminar más cerca de mi tomándome de un brazo con bastante fuerza para empujárme fuera de la celda haciendo que caiga de costado mierda como duele.

Me levanta con brusquedad cuando en nuestro campo de visión aparece otro macho especie que me coloca unas esposas, las que ajusta para que estén bien apretadas, pero evitando de que me lastimen. el macho de los ojos rojos me levanta por el brazo y me empuja nuevamente para que camine por el pasillo hacia el ascensor. una vez adentro el macho ojos rojos se mantiene estático esperando que el otro macho suba para cerrar la puerta del ascensor.

ambos me miran de forma intimidante sobre todo el de los ojos rojos el que no aparta su mirada de la mía. pasan unos segundos que para mí fueron horas cuando el sonido del ascensor nos indica que ya habíamos llegado a nuestro piso, nunca fui tan feliz como cuando vi a esas puertas siendo abiertas.

---camina rápido humana.--- por primera vez escucho la potente voz del macho, intento salir rápidamente antes de que vuelve a empujarme, ya que al parecer algo tiene este macho por empujarme.

caminamos por un pasillo lleno de habitaciones cuando de la nada el macho que aún no se su nombre me detiene abruptamente y me obliga a sentarme en unas sillas que se encuentran a los costados apoyadas en la pared de las que no me había percatado.

---espera aquí humana y no te muevas o te las veras bien feo.--- el tono amenazante que utilizo, además de la mirada que me dio es suficiente estimulo para hacer lo que él dice.

ambos machos se van, para entrar en una sala a unos metros de mi dejándome sola. no sé cuánto habrá pasado 5 o tal vez 6 minutos cuando el sonido de unos pasos apresurados que hacen eco en el largo pasillo llaman mi atención. mi mirada se posa en un pequeño cuerpo que corre hacia mi dirección. no logro ver quien es hasta que se detiene frente a mí.

es una pequeña niña de unos 9 o 10 años de edad, tal vez hija de algún trabajador del centro, he visto algunas veces a algunos de los trabajadores con ellos. una de ella es Miranda, la enfermera un par de veces trajo a su hija Micaila a trabajar con ella porque no tenía con quien dejarla. pero esta niña, su rostro me parece familiar.

---hola señora ¿cómo se llamas? Nunca la había visto aquí antes.--- la dulce voz de la pequeña me recuerdan al tiempo cuando mi Amaya era una nena.... estoy por responderle cuando ella misma me interrumpe cuando ve las esposas en mis muñecas.

---¿porque tiene esto? ¿le duele? Debe doler... se ven muy apretadas--- la pequeña se enfrasca en un monologo sobre si me duele o no las esposas en mis muñecas mientras las toca las que están comenzando a dejar mascas rojas en mis muñecas, estoy a punto de responder por fin a la pequeña cuando pongo más atención a sus facciones faciales al verla mejor caigo en cuenta quien es la niña que se encuentra al frente mío Lisseth nunca la había visto en persona a pesar de que trabaje en el centro médico, pero puedo afirmar que es Lisset, nuestra Lisset. Intento con dificultad levantar mis manos para tocar su rostro, cuando un potente rugido me detiene, tan potente es su sonido que tanto yo, como la niña saltamos en nuestro lugar a causa del susto.

¿Vengance papa de una humana? (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora