¤♡Dulce Venganza♥*《Justin Bieber y tu》

Capitulo 37

Nos quedamos unos minutos mas a espera de que Perrie, avanzara por su propio pie y a que regresara de su trance por asi decirlo. Durante la espera decidí voltearme hacia el lado izquierdo, justo donde daba al corredor que hace unos cuantos segundos habiamos estado caminando. A lo lejos vi pasar a Louis por el corredor; muy egocéntrico al hacerlo, tenía algunas cuantas miradas centradas en él y mas del sexo opuesto. Pues claro ¿quien no iba a hacerlo con inmenso trasero? él parecía notarlo pero no le daba tanta importancia. Paso por nuestro lado y siguió caminando, lo miré frunciendo el ceño por enésima vez al ver que se había detenido y se había posado de perfil poniendo mas ego a su trasero.

-Señorita antes de que se vaya, quisiera saber su nombre- añadió-

-Oh Emm yo soy ____(Tn). -me presenté-

-Muy bien pues nos vemos después -dijo guiñando su ojo muy coqueto y pícaro a la vez. No obtuve opción y se lo devolví a lo que el sonrió y siguió con su paso a dar unos papeles a Nathan-

-¿Que fue eso?- interrogó Perrie-

Me encogi de hombros y la guíe para salir del edificio y empezar con una búsqueda casual y anormal- a mi manera para ser clara-.

Caminamos por la banqueta para no arriesgarnos demasiado a ser atropelladas,  a causa de que los autos lujosos/ no tan lujosos pasaban como si estuvieran compitiendo entre ellos mismos para comprobar quien llegaba mas rápido a lo que parecía ser su trabajo.

Bufe extasiada. No me gustaban los ruidos u murmullos de mucha gente pasar estresados y con mucha prisa. Soltando algunas que otras palabras "no aptas para menores de edad" en varios y distintivos idiomas.

Por intuición mire la ropa de Perrie antes de coger a un taxi, no pude evitar de que mi cara diera una expresión de desagrado y horror; llevaba un traje azul marino con una falda un poco larga, los clásicos tacones negros y una blusa muy suelta blanca, pero que se sostenía gracias al saco.

-¿Qué? -preguntó Perrie al sentir que yo la miraba de una manera muy fea-

-Tu ropa esta del asco- confesé, siendo muy directa-

-Lo sé -acepto-  Pero es lo que toca hoy y pues no tengo elección -explicó-

Negué aún viéndola- Vamos tenemos que arreglar eso -señalé su uniforme-

Por suerte habían  boutiques en Seattle y  mucho mejor de marca e impecable para la moda. Entramos a una que se veía mas al estilo de Perrie; jeans, vestidos un poco ceñidos,  blusas, playeras y zapatos de último diseño. Era el paraíso.

-Buenas tardes señoritas. En que ¿podemos servirles? -nos atendió un chico, con mucha pinta de gay a verdad-

-Queremos un atuendo para mi amiga- dije-

-Vinieron al sitio indicado. Siganme- indicó-

Nos dirigió a una parte muy fashion y muy femenina,  era de mi gusto pero no mucho. Yo sentía que esa ropa de diseñador y muy guay era para niñas fresas, eso lo había sentido desde que mi papá me compro unas zapatillas negras cuando era una pequeña niña.

-¿Que opinas de este? -le preguntó el chico a Perrie, manteniendo a cierta altura un pescador y una blusa negra con un escote muy plástico -

-Es muy ajustado y muy provocativo- comentó-

-¿Y este ?- agarró unos shorts fluorescentes rosas y una blusa blanca-

-Es mucho para mi -volvió a decir-

-Bueno yo digo que tienes unas excelentes piernas y van con tu tono de piel- opinó el chico sin nombre-

-Gracias pero no me agrada a parte hace mucho frio- aclaró Perrie-