Capítulo 1

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"M" de Malo. "M" de Meredith

Todo comienza con el principio y todo termina con el final, pero en mi vida no se le llama final, en mi vida se le conoce como "Un comienzo de retorno".

—¡Michael!,¡Michael!, ¡Vamos, levántate!

Aquí comienza...Mi nombre es Michael, tengo 17 años, tengo una vida normal, papas aún no divorciados, no es por presumir pero tengo popularidad, soy atractivo y tengo...Salud.

Oh se me olvidaba, también tengo una "Novia". Se llama Meredith.

—¡Llevó haciendo esto desde hace mucho Michael Ray Lowell!, tenemos escuela, no seas flojo, ¿no ves cuanto tarde para estar lista y bonita para ti?—No la veía, pero la conocía tan bien que me la imaginaba caminando por la habitación y haciendo poses extrañas en mi espejo.

Hoy era el primer día de mi último grado y ella enserio estaba muy emocionada por eso, mientras tanto yo...

—No quiero levantarme M, solo quiero quedarme aquí y seguir dormido, te lo recomiendo y es gratis.—Le conteste y me volví a tapar con mis sabanas.

—Esta bien.— Meredith gruñó y sentí su salida, abrí un ojo para verificar si mis sentidos no me engañaban y acertaron porque ella no estaba en la habitación.

Volví a cerrar mis ojos y me enfoque en pensar en cachorritos con disfraces tiernos, manera eficaz de relajación, y mi relajación ya me estaba llevando a preparar mi salto para darle un gran abrazo a Morfeo.

Hasta que un gran golpe logró hacerme saltar, pero del susto.

—¡Meredith, Que carajos!— Vociferé confundido desde el suelo. A esta mujer  se le ocurrió la idea de levantarme con un sartén y un palo. La vieja escuela, mis amigos.

—Te lo advertí Raymundo, tu te lo buscaste...Ya son más de las 7 y si no te apuras, amor, llegaremos muy tarde a clases.

La palabra clases, era borrosa y confusa para mí y no se le podían llamar así si los profesores faltaban frecuentemente. Nosotros siendo responsables con nuestra asistencia, intentando salir adelante y ellos burlándose a nuestras espaldas porque nos levantaban de nuestras casas para nada. Ellos son "M" Mayúscula por ser tan Malos con nosotros.

—Mi nombre es Ray, no Raymundo, la clase empieza en una hora y de seguro no irán, ¿Qué quieres hacer allá tan temprano?— Giré mi cabeza hacía el mismo suelo y dirigí mi mirada a una camisa que estaba tirada, era una buena camisa de Bruno Mars. Que por cierto, es mi cantante favorito, así que me la coloqué y me levante del suelo.

—Esa camisa ya apesta, mejor dicho, tu apestas. Métete a bañar ya, solo quiero ir a revisar los casilleros, necesito poner todo en orden y sabes que tenemos que llegar juntos, así que querido. Tienes 10 minutos.

Bufé. Realmente esta chica me frustraba. Adiós querida cama, adiós almohadas, adiós cachorros tiernos.

—Estaré en menos de lo acabas en la cama.— Me reí de mi propio chiste e ingrese en el baño.

—¡Hijo de puta! ¡Solo espera, esto no se quedará así! —Y de ahí solo escuché a mi pobre puerta sufriendo  y siendo cerrada con las manos de Ralph, el demoledor.


Siempre he sido de los chicos que les encanta escuchar música mientras se duchan, mi último teléfono casi se daña por lo mismo, hasta que salieron esas nuevas bocinas para el agua, cuando la vi por primera vez les juro que fue la cosa más perfecta sin duda, el amor de mi vida.

Michael (La última carta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora