Mil Demonios

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"Es inevitable saborear los labios de ese hombre".

Aquellos comentarios dirigidos a los labios de Max llegaban a sus redes sociales todo el tiempo, en distintos idiomas, ¡y yo lo sé! Lo tengo muy claro

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Aquellos comentarios dirigidos a los labios de Max llegaban a sus redes sociales todo el tiempo, en distintos idiomas, ¡y yo lo sé! Lo tengo muy claro. Era una costumbre para mí, ahora-también, caer por sus labios. No podía dejar de verlos cada que tenía la oportunidad.

¿Han conocido la perfección? Pues yo sí, la hallé en los labios de Max.

Esto no sólo sucedía cuando estábamos frente a cámaras, frente a fans o junto a nuestros compañeros de trabajo, no. Esto era cosa de todos los días.
Una semana después de aquella pequeña reunión en mi habitación volvimos a tener otro encuentro "privado", pero esta vez en su casa.

Pocas veces había estado allí; únicamente conocía la sala de estar y los baños, jamás había estado en su habitación antes. Era cómoda; estaba sólo la cama, un escritorio y un pequeño sillón a lado de una mesita de noche. Tenía pocas cosas, bueno... mas bien no tenía mucho a la vista, le gustaba el orden en la habitación (no en su vida, pero sí en su habitación). Di un suspiro de alivio, no me estaba enamorando de un desastre sin remedio, o eso creía.

Ambos entramos al tiempo, con la naturalidad que comprendía nuestra relación. Ya no me molestaba tanto habernos saltado algunas cosas; es decir, ahora podía besarme con Max sin mayor problema. Haberme enamorado de él antes, sin este contexto, ugh, habría sido un caos. No soy bueno explicando mis sentimientos a la gente y habría muerto de nervios al explicárselo a Max. La cuestión era, la maldita cuestión, si él sentía lo mismo. Evadiré el tema hasta que no quede más remedio que tocarlo.

Max tenía una PS, la prendió y comenzamos a jugar, ambos tirados en la cama. No me sentía nervioso. Como mencioné antes: nos habíamos saltado el nerviosismo de pareja. ¿Pareja? Estoy diciendo pareja ahora mismo pero en realidad no sabría definirnos. Él tenía novia, yo lo sabía, él sabía que yo sabía entonces... ¿Por qué en ese momento, cada vez que volteaba a mirarlo de reojo él también me veía? Y, no es por hacerme el loco, pero juraría que una especie de deseo se asomaba en aquella mirada que me lanzaba. Tal vez también era costumbre, era aquella mirada que Korn le lanzaba a Knock cada vez que estaban en la cama. Sí, debía ser eso, una costumbre.

La tarde trascurrió sin mayor acontecimiento pero al caer la noche las cosas se tornaron un poco extrañas.

— ¿Te vas a quedar, cierto?— Me preguntó, pero su mirada me decía otra cosa; era casi una orden. Una orden a la que no me podía resistir.
Alcé una de mis cejas, tampoco es que fuera tan fácil, ¿qué se creía? ¿Acaso sabía que me estaba volviendo loco por él?

— ¿Quieres que me quedé?— Devolví la pregunta y él devolvió el gesto arqueando también una de sus cejas. Pero sólo suspiró y encogió los hombros, después se llevó las manos detrás de la nuca y se recostó triunfante en su lugar. Se veía tan jodidamente sexy.

Me quedé. No hubo discusión mayor, me recosté a su lado. Ya era casi medianoche y en la mañana debíamos estar listos para una sesión de fotos y una breve entrevista.

Yo estaba formando tensión. Al apagarse las luces yo sólo quería acurrucarme entre sus brazos pero eso no sucedió, un un silencio tortuoso, ninguno de los dos nos movimos (ni siquiera para ponernos cómodos en la cama), sólo hubo silencio. Quería acabar con aquello así que carraspeé la garganta y le di la espalda a Max. Error. Eso destruyó el silencio y la boca de Max sabía cómo seguir una vez comenzado el ruido . Se acercó a mí pero no me tocó, sólo podía sentir su calor en mi espalda, casi podía quemarme a la distancia. Sin girarme me arqueé un poco. Otro error. Otro error con razón, con un deseo inconsciente de mi parte. Mi trasero se había acercado más a su pelvis. Aquello me erizó la piel. Carajo. Él no había hecho absolutamente nada para ponerme así y aún así lograba hacerlo. Cerré los ojos con fuerza y mordí mi labio inferior. Nuevamente el silencio reinó y trataba de hacer el menor ruido al respirar. Pocos minutos duró aquel otro silencio desastroso cuando Max se acercó un poco más, haciendo que su pecho se juntara con mi espalda. Mis latidos comenzaron a hacerse notar. Pero, más que preocuparme por el sonido que golpeaba mi pecho, me preocupé por mis propias reacciones sin sentido; había echado la cabeza hacía atrás dejando que Max acercara más su rostro a mi cuello, donde sentí su caliente respiración.

— Descansa, Tul.— Susurró dejando un beso sobre la piel desnuda de mi cuello. Llevó una mano a mi cadera y apretó el sitio; segundos después se alejó, dándome la espalda.

Por supuesto, me quedé helado, casi habría jurado que había dejado de respirar y fue hasta que Max se volteara cuando yo volví a tomar oxígeno. Lo odiaba, odiaba el poder que le había otorgado sobre mí. Pero no iría corriendo a sus brazos.

Cerré mis ojos con fuerza y dormí con el coraje de mil demonios aquella noche.



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Notas:

Hello. ¡MUCHAS GRACIAS A TODXS LOS QUE HAN ESPERADO! La verdad es que no creí que este fic tuviera buen recibimiento, ja. Y resulta que es el que más ha gustado de los pocos que he escrito. Muchas gracias, de verdad.

YO SÉ que es un capítulo corto, pero es que en un principio dije que no me gusta mucho hacer cosas seriadas, ya sea porque pierdo el hilo de mis historias y / o porque luego se me atraviesan más obsesiones. En fin, me gustan mucho ellos dos así que SÍ planeo seguirlo, pero con la misma dinámica, trataré de darle un ritmo no tan lento al asunto para que la espera "valga la pena". Y aprovecharé estas vacaciones para escribir más.

Una vez más: gracias por leer hasta acá y darle mucho amor al Maxtul. <3

PD: FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO. ¡Espero que pasen excelentes fiestas!

La costumbre de tus labios. { MaxTul }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora