A luz y sombra (LeoJi)

VII

Cuando era pequeño mamá me contaba la historia de aquel hombre de la luna que bajaba todas las noches en busca de las personas que estaban destinadas a encontrarse, que están destinadas a amarse. Entonces aquel hombre, cuando encontraba a una pareja, amarra la punta de un hilo rojo en el meñique de cada persona uniendolos por toda la eternidad.

El hilo podrá enredarse, estirarse, pero jamás se romperá.

Aquella historia la he escuchado otras miles de veces más, en cientos de versiones, con los protagonistas de toda clase.
Jamás creí que recurriría a esa historia para convencerme a mi mismo que lo que tengo con Leo es real.

Me pregunto si él piensa igual.

Aveces, cuando la luna esta en lo más alto y las estrellas vislumbran todo el cielo, pienso en que aquel hombre de la luna ya está viajando por el mundo en busca de la nueva pareja a la que unirá por toda la eternidad.
¿Cuándo fue que unió a Leo y a mí?

¿Sabes Leo? Tenemos tanta suerte de habernos encontrado.
He escuchado historias de personas que pasan toda su vida sin encontrar a aquella persona especial.
Que triste ha de ser.

Es por ello que deseo seguir creyendo en nosotros.

Se que no es fácil, nadie dijo que lo sería, pero la distancia que se interpone entre nosotros puede borrarse Leo.

Quizás tenga que esforzarme un poco para poder ahorrar el dinero necesario para comprar un boleto de avión pero estoy seguro que podré verte, estoy seguro que el día que suceda podré abrazarte con todas mis fuerzas, sé que te tomaré de la mano para jamás soltarte.

Te amo tanto, aunque a veces olvide decirte.
Aunque a veces lo diga demasiado.

Te extraño todo el tiempo, aunque te escriba a diario te sigo extrañando.

Antes de ir a dormir le mando un beso con el viento, ese beso que le he prometido. Ese mismo beso que también mando al despertar.

¿Sabes?
La distancia es lo quee menos me preocupa.
En realidad tengo más miedo al hecho de que puedas encontrar a alguien más allí en donde estas...