Capítulo 1: El descubrir.

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Graduación de Alumnos de Derecho. Promoción 2019-2023, 22 de Junio de 2023.

La tarde ya está acabando, y ya es hora de vestirme porque voy a llegar tarde. Me dispongo a ponerme el traje que recientemente me había comprado, es especial, de color negro, acompañado solo de una corbata rojo pasión. Desde que lo vi, me enamoró por completo, e inmediatamente, supe que iba a ser mío. A ver, soy un tío sencillo, no me gusta el pijoteo ni nada similar pero oye... si veo un traje que va a mi estilo, ¿por qué no comprárselo?

Estoy frente al espejo, contemplándo el pelo tan rebelde que tenía. Madre mía, qué cabellera rizada tan jodida tengo. Si lo peino parezco un león y si no lo peino iré impresentable. En fin, tengo un cabello caótico. Procedo a ponerme el traje, y de repente, me llama Azhara... hoy es el día. Recuerdo la primera vez que la vi, y aunque no fuera un boom sabía que algo estaba conectándonos. U n día hice una promesa, y ella sabe si la he cumplido o no, ¿qué decidirá?, ¿sobre qué decidirá?

Veréis, todo comienza en mi primer curso de Bachillerato. No pensaba que ese año iba a cambiar lo que ha estado siendo el trascurso de mi vida durante estos seis años. Yo era un niño que sabía perfectamente cuales eran mis objetivos desde el primer día que había terminado la ESO, en Bachillerato tenía que sacar la matrícula de honor, me sentía capaz y motivado, ¿por qué no?

Llegó el día de la presentación de la que iba a ser nuestra nueva clase, ¿impresión?, la verdad es que no me hizo mucha gracia los compañeros que me habían tocado, a excepción de unos cuantos que habían elegido letras por vocación, porque iban lo que iban estudiar en esta etapa estaría relacionado con lo que van a estudiar en su futuro próximo, no por obligación como hace la mayoría de las personas que se meten en "letras" porque ciencias es un coñazo (hablando mal y pronto, sean educados, no se dejen influenciar por este menda que suele soltar palabras malsonantes).

Por fortuna mi mejor amigo, Stephen, está conmigo. No es muy estudioso, pero es muy buena gente. Es alto, de pelo negro azabache y de tez clara. Usa gafas, pero él es uno del noventa y nueve por ciento de la población española que no las usa sabiendo que debería hacerlo. Muy buena gente pero con los demás, no con su vista.

También me alegro porque hay gente que conocí años atrás, como Laia, una fanática de Harry Potter, Las Gemas de Cristal, y que en este año descubriría un amor especial por las lenguas clásicas ó Aitana, una chica muy tímida, que siempre me sorprende, porque siempre tiene un libro de estudio en sus manos. A veces pienso que tiene poderes mentales o algo parecido, no para. Laia es una chica de estatura normal, un metro sesenta y ocho, de pelo rebelde al igual que el mío y de constitución fuerte y achuchable. Su tez en clara y sus ojos son de un color café. Aitana es de estatura pequeña (no es que sea una persona que padece de enanismo, sino que al medir un metro setenta y largo es normal que a la gente la vea pequeña) y su piel es clara también al igual que Stephen y Laia. Sus ojos son claros, un marrón verdoso que a veces parecen más verdes que marrones.

Por último, y no menos importantes, me dio un alivio ver a estas dos personas que me acabarían acompañando a lo largo de muchos años de estudio, Dakota y Azhara. El año pasado, solo coincidíamos en las optativas de "letras", solo las conocía de vista y manteníamos alguna conversación, pero muy esporádicamente. En un primer momento pensaba que eran antisociales o algo así, pero se les unió Laia, lo que me hizo refutar completamente mi teoría de que lo eran. Lo único que si me percaté, es que Azhara se estaba juntando con Clarisse. La gente decía que eran lesbianas, además de llamar a Azhara con ciertos nombres despectivos que se les suele poner a las personas de esa condición sexual, tales como " El Yeti", "Machona" ó "Marimacho", cosa que nunca me ha gustado ni oír ni hacer, porque no me gustaría que me lo hicieran a mí, me parece repugnante. Pero tenía que mantenerme al margen, no eran mis problemas, y si a ella no le importaba pues menos me tendría que importar a mí, por pura lógica.

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