flores

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Tuve un jardín,
Lleno de flores de todo tipo,
Tristes,
Alegres,
Melancólicas,
Entre todas ellas,
Habían dos que predominaban,

Una era hermosa,
La otra estaba mustia,
Una era amor,
La otra era odio,

Creí en la flor bonita cuya belleza destacaba,
Creí ciegamente,
Y me clavé sus espinas,

Todos describían y pintaban a esa flor como la más perfecta,
Sin saber todo el dolor que esta entrañaba detrás,

Entonces la odié,
Dejé que se pudriera,
Comencé a regar la flor mustia y desteñida,
El odio,

Poco a poco los pétalos de la otra flor fueron cayendo,
Estaba muriendo,
Eso me desgarraba el alma,
Pero no era capaz de aceptarlo,
Por mis venas corría odio,
O más bien,
Una tristeza que me  inundaba.

Si cultivas odio,
Cosecharas odio,

Las demás flores fueron quedando vacías y en un triste color blanco y negro,
Todo quedó en ese tétrico blanco y negro,
Sólo el odio brillaba y se mantenía en pie,
El jardín se fue pudriendo,
La flor mustia hizo que me odiara,
A mi,
Y a todo lo que me rodeaba,
Y mis lágrimas la regaban cada día,
Me di cuenta de mi error,
Pero todas las flores...
Todos los sentimientos...
Estaban marchitos,
Incapaces de querer a alguien,
Ya era tarde,
Así que decidí perecer con ellos,
El Sol ya no alumbraba,
Pues el cielo continuaba cubierto de nubes,
Asimilé mi fin,
Mi fin en vida,
Mi muerte manteniendo los ojos abiertos,
Entonces...
Alguien llegó,
Y plantó flores de nuevo,
Arrancó todos los sentimientos muertos,
Alguien despejo mi cielo,
Alguien volvió a plantar amor en mi,
Y hizo que florecieran mis sonrisas,
Regándolas con abrazos.

Por primera vez entendí que era el amor,
Por primera vez lo sentí,
Es eso,
Que hizo florecer todos mis sentimientos,
Cuando yo,
Ya me daba por marchitada.

LLAMADAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora