Heridas, cicatrizadas con risas,
risas, provocadas por sueños,
cosquillas en las mariposas de tu estómago,todos tenemos heridas,
historias, y pequeños cuentos de hadas en nuestro corazón.Y cada herida, cada suplicio
cada grito ahogado al vacío, te hace especial de una forma u otra.Cada canción que escuchas, rememorando memorias pasadas, cada paso que das avanzando en una carretera llena de grietas, cada suspiro; de amor, de dolor, de esperanza.
Cada gemido ahogado mientras muerdes tu labio; de placer, de amor, de pasado, de futuro, de presente, de fantasía.
Cada mirada llena de sentimientos; pura, furtiva, deseosa, anhelando ser saciada, ser encontrada, ser amada, ser vivida, ser única.
Cada beso que das, lleno de palabras mudas; en la mejilla, en la comisura de los labios, sobre la clavícula derecha con el corazón, que te dice que ser malo esta vez, esta bien, que sueltes lo correcto e incorrecto y dejes a tus labios correr por las praderas de su cuerpo, sentir cada sentimiento de la otra persona, con el tacto de tus labios sobre los suyos.
Cada palabra que dices; que inunda el lugar de sinceridad, que te define de una forma poética, porque eso somos cada uno de nosotros, palabras, y muchas de ellas son inmortales.
Cada destello en tu alma, que provoca cada cosa que te emociona; ver a quién amas sin importar que lo hayas visto el día anterior, perderte en unas páginas y que tus ojos desprendan esa ilusión, ese brillo, abrazar con ganas y esbozar sonrisas que se escapan entre cada sentimiento, todo eso, causa destellos en tu alma.
Y eso es lo que somos, cada acción, cada reacción, cada forma de interpretar los caminos extravagantes de esta vida, cada forma de mostrar amor, forma de recibir amor, y de aceptar amor,
cada forma de sincerar el alma, de desnudarse con ropa, de ofrecer tu mano para guiar una oscuridad, porque eres luz,Y eso es lo que puede llegar a hacer única a una persona, hacer especial un sentimiento, derretir un corazón de hielo y convertirlo en fuego.
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LLAMADAS.
Поэзияtu voz es dulce, como el tacto de tu piel, como los orbes de tus ojos castaños. Dejame escucharte una vez más, no cuelgues esta vez, haz esta llamada eterna cariño.