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T O N O S
A Z U L
C I E L O

Lucas se levantó antes de que su despertador sonara. Estaba ansioso por conocer a su nueva compañera, esperaba que fuera alguien tan amigable como Mike, Dustin, inclusive Will. Decidió hacerle una pequeña broma a su hermana Erika. Entro silenciosamente a su habitación y dio un vistazo hacia atrás para comprobar que aún estaba dormida. Quitó el seguro de la puerta del baño de su hermana y dejo a “Snikki” su tarántula en lo alto de la ducha, donde no fuera peligroso para la niña pero tampoco para su mascota. Salió a hurtadillas aguantando la risa.

Cuando regreso a su habitación, abrió el grifo de la ducha para darse un baño que calentará su cuerpo. Dejo que el agua tomara una temperatura adecuada y busco en su armario la ropa que usaría ese día. Una vez con sus cosas listas, lavo y enjuago su cuerpo saliendo en una toalla que solo cubría de su cadera para abajo. Algunas partes de su cuerpo comenzaban a ser más notables, seguía siendo delgado pero ahora había algo de musculo por todo su cuerpo. Su voz era más gruesa, y no quedaban rastros de esos gritos tan agudos. Había muchos cambios en él, a decir verdad en todos. Ya no eran niños. Todos estaban cruzando la pubertad, la adolescencia donde tendrían que hacer frente a todos esos cambios. Como el dejar los juguetes de pequeños hasta lidiar con las famosas erecciones matutinas.

Se vistió con rapidez y escucho la voz de su madre gritando que bajara a desayunar. Peino su cabello con pequeños rulos, se miró al espejo y cogió su mochila que estaba al pie de su cama. Antes de bajar, fue a tocar la puerta de Erika para que despertara, pese a que ella entraba más tarde. Erika era mucho más tardada que él. Estando en la planta baja, saludo a su madre con un beso en la mejilla y un “buenos días” a su padre. Tomo asiento a un lado de su padre e inmediatamente su madre dejo un plato de gofres frente a él. Su hermana entro al comedor con el rostro cansado, tallándose un ojo y murmurando un “malos días”.

― ¿Así que hoy llega una niña de intercambio? ―pregunto su madre dejando unos huevos revueltos frente a Erika. La pequeña se quejó pero al ver la mirada de su madre, cerró la boca.

― Si ―dijo Lucas con entusiasmo― Según el Profesor Kowalski. Ella viene de New Orleans ―dio un bocado a su gofre, mientras Erika lo mataba con la mirada.

― Hmm, Luisiana ―comento su padre aun con la vista en el periódico.

― ¿Por qué tan emocionado, cariño? ―pregunto su madre tomando asiento.

― Hace tres años que no había una niña nueva en mi salón ―contesto tratando de restarle importancia. Erika lo miró con los ojos entrecerrados.

― Esperemos que se lleven bien, ahora termina tu desayuno o se te hará tarde ―hablo su madre haciendo que todos guardaran silencio. El Señor Sinclair doblo el periódico y lo dejo a un lado de su plato.

― Mierda ―murmuro Lucas ganándose una mirada de reprensión por parte de su padre― Lo siento, me tengo que ir ―recogió su plato y lo dejo en el fregadero. Se colgó la mochila sobre el hombro y salió a la cochera en busca de su bicicleta.

Pedaleo tan rápido como pudo. Jonathan y Nancy habían hecho unas mejoras a las bicicletas de todos. Por lo que ahora podían ir con más rapidez sin preocuparse de su seguridad. Llego hasta el Instituto y estaciono donde siempre pero solo estaban las bicis de Dustin y Mike. Faltaba Will.

Camino por los pasillos buscando con la mirada a los demás. A la única a la que vio fue a Max, cerrando su locker. Como todos los años, había llegado en su skate. Estaba inseguro sobre si acercarse y preguntarle o hacer como si no la había visto. Iba a darse la vuelta cuando la pelirroja paso por su lado. Y no tuvo tiempo de huir.

L I E S ↪ #LUMAXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora