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G R I S
T E M P E S T A D

― ¿Estás bien? ―pregunto Mike entrando a su habitación, le había dado un momento a solas a su novia. La chica había estado callada todo el camino a casa. Dustin y Lucas estaban en la planta baja esperando noticias de su amiga.

Will se había comunicado con ellos, diciendo que trataría de convencer a su madre para que lo lleve a casa de Mike. Escucharon ruido arriba pero decidieron no subir.

― Sí ―murmuro levemente Eleven metiéndose en las sabanas para dormir un poco. Los padres de Wheeler estaban de viaje y Nancy seguramente estaba en casa de los Byers con Jonathan.

― ¿Quieres algo de comer? ―ella negó.

― ¿Quieres hablar de ello? ―ella volvió a negar.

― Bueno, iré abajo con los chicos. Cualquier cosa, solo grita y estaré aquí en un segundo ―se acercó hacia Eleven y deposito un beso en su cabello, el cual olía a fresas gracias a Joyce.

― No te vayas ―pidió la chica con los ojos llenos de lágrimas. Mike asintió y se sentó en la orilla de la cama, acariciando con lentitud su cabello. Eleven cerró los ojos disfrutando de su tacto.

― Nunca lo haré ―susurro muy cerca de ella.

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“¡Pedazo de mierda!” grito el rubio en cuanto vio a su pequeña hermanastra pelirroja. Max rodo los ojos fingiendo que no le importaba en lo absoluto, aunque en el fondo le dolía que día tras día fuera lo mismo. Billy se encontraba haciendo pesas mientras veía algo de ROCK AND ROLL en la tv. Max solo tenía en mente que debía ir a casa de Mike y saber que le ocurría a Eleven.

― ¿Acaso Susan no te ha enseñado modales? ―pregunto el rubio impidiéndole el paso a la pelirroja.

― ¿Neil no te los ha enseñado a ti? ―contraatacó cansada de los insultos de su hermanastro. Para su mala fortuna, su madre estaba perdidamente enamorada del padre de Billy, tan enamorada como cegada.

― Repite lo que dijiste ―amenazó con una mirada imponente. 

― Solo déjame pasar y sigue con lo tuyo ―lo trato de empujar pero no lo logró mover en lo absoluto. Él solo rió y empujo suavemente a su hermanastra, la pelirroja bajo la cabeza mirando el suelo.

― ¿No me escuchaste? ―Max no se movió―. Repite lo que dijiste ―tomó la barbilla de la chica entre su mano y la obligo a alzar el rostro. No se permitía llorar frente a nadie, por lo que solo tenía los ojos cristalizados.

― No tengo tiempo para esto, Billy ―el rubio la soltó, riendo como un maniático. La pelirroja solo veía como huir de la situación.

― ¿Por qué? ―la chica lo miró confundida― ¿Necesitas ir con los pueblerinos de tus amigos? ¿Sigues acercándote a Sinclair? Sabes lo que…

― No ―se apresuró en contestar― No me junto más con él ―mintió en cierta parte.

― Ya sabes lo que le podría pasar si lo veo contigo ―advirtió con una mirada imponente. Su padre nunca le perdonaría el que haya dejado que su “hermanita” se involucrara con ese tipo de personas.

― Lo sé, Billy ―alzo el rostro.

― ¿Qué ha dicho papá sobre mentir? ―se acercó a ella hasta que Max pudo sentir su pesada respiración sobre ella.

― Él no es mi padre ―respondió rápidamente. Su padre biológico estaba muy lejos de ser la porquería que Neil era. No entendía como su madre amaba a una persona con tan pocos valores y educación.

L I E S ↪ #LUMAXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora