『 Eyes » LenKu 』

「7 ;; Orange 」

─ ¡Len-Kun, Len-Kun, Len-Kuuuuun!

Que gran manera de comenzar una llamada.

Len tuvo que despegar el teléfono de su oreja para evitar un futuro dolor de tímpanos.

─ ¿Qué necesitas, Miku?

─  Tonto, ¿Cómo que "Qué necesitas"?, ¡Es navidad!

─  Ajá.

Decir que Len era todo un grinch era poco. No era como si detestara la navidad, para nada, solamente el hecho de reunirse con todos sus familiares; tener que soportar a sus tías entrometidas y ayudar a hacer una cena innecesariamente gigante no era de su agrado.

─  Vivimos cerca, así que a la medianoche iré a saludarte a ti y a tu familia. Nos vemos...~

─ ¿Qué vas a hacer qu-?

"¿Por qué siempre me deja con las palabras en la boca?" 

(...)

Las horas habían pasado, y para desgracia del joven Kagamine ya todo se encontraba listo. 

Sus tías chismorreaban a susurros una con la otra, sus primos Rinto, Lenka, Neru y Nero viciaban en sus celulares, su hermana y madre traían de allá para acá bocadillos o charlaban con las abuelas, etc etc. En cuanto a él, estaba aburrido y tan solo faltaban 2 minutos para la medianoche, por lo que todos ya estaban gritando para reunirse y así empezar el conteo de los 10 segundos para que den las 00:00.

10...

9...

8...

7...

6...

5...

4...

3...

2...

1...

─  ¡FELIZ NAVIDAD! 

Todo ser viviente que se encontraba en la casa se encontraba chocando copas llenas desde licores hasta jugos naturales para los menores con otro. Algunos fuera de la casa viendo los fuegos artificiales mientras que otros dentro abrazándose y deseándose una feliz navidad y prospero año nuevo.

Lo que nadie esperaba es que a tan solo 10 minutos del festejo el timbre sonara, por lo que la madre de Len fue a abrir, encontrándose una sorpresa.

─ Uh...¡Hola señora Kagamine! ¿Se encuentra Len?

Aquel comentario definitivamente llamo la atención de todos, sobre todo de las tías del anterior nombrado. 

La madre del joven dio paso a la chica, ganando un leve "permiso" con una reverencia por esta.

La aqua-marina se sentía un poco avergonzada de que todas las miradas posaran en ella. Díganme, ¿Quién no posaría la mirada en tal jovencita con cabellos largos sujetados con dos coletas e iris del color del mar, qué usaba un vestido rojo con una capa del mismo tono de la cual colgaban dos relucientes pompones, botas marrones, medias blancas algo transparentes y una diadema que simulaba los cuernos de un ciervo, dando así la muestra del espíritu navideño? 

"Es hermosa, como un ángel", "Parece tan educada", "¿Cómo una chica así conocería a nuestro sobrino?" los pequeños murmullos llamaron la atención del rubio, quien se armo paso entre sus familiares quedando algo sorprendido por la presencia de su amiga.