Que díficil es...

No lo acepto

Siberia.

Camus se encontraba en la pequeña sala, ya se le notaba la pancita iba a cumplir en pocos días los 5 meses, estaba sentado en un mueble sosteniendo una fotografía y mirándola con tristeza.

No sabes lo que te extraño, pero sé que hice lo correcto, si todo hubiera sido diferente, estaríamos juntos, pero ya no puedo hacer nada, perdí tu amor. Acariciando una parte detallando el perfil de Milo, en la fotografía donde salían juntos.

Perdóname, mi amor te separe de tu papá y ahora no podrás conocerlo ya que él no me quiere cerca, pero tenemos esta fotografía para recordarlo. Acariciando donde resguardaba a su bebé, empezando a derramar lágrimas como casi siempre hacía, aún amaba a su Escorpión, a pesar de que no lo tenía cerca su amor en vez de disminuir, aumentaba pero se prometió siempre tener al amor de su vida en sus recuerdos y en esa pequeña foto.

Sabes tú también eres todo lo que me queda de él, lo único que me queda de su amor, pero no te preocupes yo te amaré por los dos. Sonriendo entre lágrimas.

Templo de escorpio.

Milo se había puesto a tirar todo lo que se encontraba en su habitación, se odiaba a sí mismo ya que sabía que por su culpa se había ido.

Sí fue lo que le pidió y lo que más quería en esos momentos.

Ahora no lo vería nunca más, tarde se dio cuenta que jamás podría estar lejos de él y ahora la realidad lo golpeaba como una bofetada, nunca más tendría esas sonrisas hermosas de las cuales solo el disfrutaba.

Nunca volvería a perderse en el aroma de Camus que lo volvía loco,

Nunca más vería sus hermosos ojos,

Nunca más sentiría su cuerpo pegado al suyo, y todo por culpa de su maldito orgullo había perdido al amor de su vida, a la única persona que amaría siempre.

Que idiota porque tuve que decir todo eso, porque fui tan ciego, y ahora te perdí.  Derrumbándose y empezando a llorar, pero alzó la vista decidido, él no se rendiría tenía que arreglar lo que el mismo destrozo.

No puedo rendirme encontraré a Camus y sé quiénes estoy seguro saben dónde está.  Dirigiéndose a la salida de su templo para empezar a bajar.

Templo de virgo.

Mu se encontraba con Shaka charlando ya que no hace mucho les llego una carta de Camus.

Por lo que veo está muy feliz ya que su bebe crece sin problema alguno.

Sí, pero yo sé perfectamente que aún debe sufrir, te aseguro no puede aún sacarse a Milo del corazón.

Lo se mu pero no se puede hacer nada, además tu sabes mejor que nadie que no lo olvidará así nomas y más aun con el amor que le guarda.

En eso sienten a Milo entrar al templo, ya que sabía que ahí encontraría a ambos.

Buena tarde Milo que se te ofrece.

Vengo porque necesito que me digan donde esta Camus.

No sabemos dónde se encuentra, además para que los buscas, el ya cumplió lo que le pediste que más quieres y te digo que aunque supiéramos donde esta nunca te lo daríamos, Camus ya sufrió mucho por tu culpa.

Se muy bien Mu, los dos sufrimos pero necesi......

jajajja déjame reírme Milo, disculpa yo sé que tú estabas dolido, pero quien más sufrió fue Camus después de las palabras horribles que le dijiste, y ahora vienes a exigir que te digamos donde está, creo que te estas equivocando.

Me equivoque dije cosas que no quería por mi orgullo, pero de verdad deseo encontrarlo.

Lo siento milo, pero no te diremos, Camus merece olvidarte para dejar de sufrir y así iniciar de cero.

PUES NO,

¡NO LO ACEPTO!

Camus no puedo olvidarme, yo lo am....

¿Qué dijiste milo?, todavía tienes el cinismo de decir que Camus no puede olvidarte, cuando fuiste tú quien le dijo que ya no lo amabas,

FUISTE TÚ QUIEN LE DIJO QUE OJALÁ NUNCA SE HUBIERAN CONOCIDO,

FUISTE TÚ QUIEN DIJO QUE IBA A EMPEZAR SU VIDA CON OTRA PERSONA QUE SÍ VALIERA LA PENA,

FUISTE TÚ QUIEN DIJO QUE NO QUERÍAS VOLVER A VERLO

QUE PARA TÍ EL NO EXISTÍA MÁS,

NO SABES LO QUE CAUSASTE EN CAMUS POR TU ESTÚPIDO ORGULLO

Y ÉL QUE ESTABA FELIZ Y CREÍA QUE PODÍA ARREGLAR LAS COSAS CONTIGO YA QUE ESPERABA UN BEBE TUYO Y.....se calló ya que se dio cuenta que había hablado de más. Rayos se me escapó. Susurrando mientras le daba la espalda.

No podía creer lo que había dicho aún, se supone que debía mantener en secreto el estado de Camus pero el enojo le ganó ahora solo faltaba ver como reaccionaría Milo quien se había quedado estático mirándolo.