Esperanza

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Kyuhyun tenía la mirada perdida, y una sonrisa adornaba su rostro, ¿estaría pensando en lo mismo que yo?, ¿tendría las mismas inquietudes? aproveché de mirar y detallar cada parte del rostro que había cautivado por completo mi corazón.

En el pasado, muchas veces había deseado que fuese más expresivo con sus sentimientos, con el paso del tiempo entendí, que había cosas que siempre se iba a guardar para él. Y le acepté con todo lo que eso implicaba. A veces un tanto frío e indiferente, introvertido completamente, otras en cambio era la cursilería personificada.

Y aunque me dolía que no pudiese abrirme sus sentimientos completamente, en el canto había encontrado la forma de hacerme saber todo lo que abiertamente no podía expresar. Y le adoraba, amaba su voz, moría por él.- Sonreí al pensar que era a la única persona que sin importar el día o momento, deleitaba con ese maravilloso don que Dios le había dado por voz. Su madre, los fans, ni sus antiguas novias contaban.- Volví a reír.- A veces era muy inmaduro para la edad que tenía, pero bueno, no por nada los años no pasaban por mí, seguía viéndome como un adolescente.- Solté una carcajada cantarina por el curso de mis pensamientos.-

Aspiré de su cuello, y enterré con más fuerza mi cabeza en su hombro, quería tenerlo cerca, tanto, que no pudiese advertir donde partía su cuerpo y donde empezaba el mío.- Sentí su respingo, mientras resoplaba en su cobijo. Mantuve mis ojos cerrados para así no romper aquel íntimo y especial momento.

De pronto sentí que tomó mi mano, y automáticamente entrelazamos nuestros dedos. Lo sabía, pensaba en mí, como yo en él, no hacía falta las palabras.

Como si se hubiese despejado el negro cielo, sentí que algo había cambiado, y la palabra esperanza rondó mi cabeza, haciendo latir deprisa mi corazón.

Se avecinaba algo bueno, y simplemente no podía ni quería dejar de sonreír.

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