Capítulo 1

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Yushi

Maldición... Hoy llego tardísimo.

-¡Lo siento!- grité al haberme tropezado con alguien.

De lo rápido que voy, ni me fijo en las personas que pasan a mi alrededor.

¡La veo! La puerta de mí instituto, está justo delante de mis narices. Solo falta poco para...

-¡Bien! Vamos a cerrar- sentenció el profesor Chiaki.

-¡No!- grité con todo el aire que me quedaba en los pulmones y, de algún manera llegué justo a tiempo.

-Inaba.

-¿S-Sí?- intenté decir entre jadeos.

-Estas castigado- dijo secamente.

-¡¿Eh...?!-.grité con el aire que empezaba a recuperar. Lo miré confundido. No lo entiendo, no soy de las personas que llegan tarde, y Chiaki lo sabe. ¿A qué viene el castigo? Entonces recordé la hora que era y me puse pálido- ¡Ah! ¡Voy a llegar super tarde!

-Tranquilízate- me revolvió los cabellos- la primera hora lo tienes conmigo. Solo ven- se adentró dentro del edificio.

Seguí sus instrucciones y le seguí detrás de él, hasta llegar a la clase.

-Buenos días-  vociferró.

-Buenos días- le contestaron a coro. Al verme entrar con él, se creó un barullo de susurros y comentarios.

-Bien, callaos- dejó su portafólios en la mesa y me hizo una señal de que me acercara y así lo hice- vuestro compañero Inaba está castigado por llegar tarde a clase, por esta vez le dejo pasar la falta, pero solo les quiero advertir que al próximo que llegue tarde se quedará una hora conmigo, haciendo algo que no os gustará y desearéis no llegar tarde nunca más- la voz de Chiaki era serena, pero infundía respeto y, aunque su amenaza más bien parecía una proposición, todos comprendieron el mensaje- Inaba te puedes ir a sentar- me dió una palmadita en la parte baja de mi espalda... Que sitio más raro para dar una palmada... supongo.

El resto de la mañana fue bastante tranquila y así fue recibida la hora del almuerzo, de forma tranquila y serena.

-¿Oh?- es cosa mía, o... ¿ese de ahí que está llamando mucho la atención con su resplandor de tío perfecto es Hase?
Sin ninguna duda...

Bajé rápidamente hasta la entrada donde se encontraba.

-¿Hase? ¿Qué haces aquí?

-¡Inaba! Que bien, me estaba cansando de esperar, toma- me entregó una caja de obento- te lo dejaste y me pidieron que te lo trajera- sonrió.

-Ah, gracias, te debo una- le devolví el gesto. Es cierto, de la prisa se me olvidó.- Oye, ¿tú no estabas en Bélgica?

-Sí, pero ya regresé. Echaba mucho de menos a Kuri-tan~- se agarró las mejillas con ambas manos- después de todo es nuestro único y preciado hijo. No te pongas celoso, mamá- me guiñó el ojo.

-Como si lo estuviera... -desvié la mirada.

Un poco si que lo estoy, es mi amigo y parezco las sobras de su pasado. Ahora mismo, da la impresión de que su único mundo es Kuri... es algo... ¿frustante?

Apreté mi puño con fuerza para evitar hacer alguna mueca. Me gustaría quedar con Hase a solas, ir al cine, a algún campo de lucha, a la nueva feria de la ciudad pero últimamente ambos hemos estado ocupados...

-¿Inaba?

Ah... Mal, mal. No puedo pensar en ese tipo de cosas. Tengo que concentrarme en avanzar... Después de todo, no es como si fueramos pareja ni nada por el estilo...

-¿Inaba? ¡Oye! Me estas asustando, ¿estás bien?- noto la mano de Hase zarandeándo mi hombro.

-E-Estoy bien- sonreí a medias, a la vez que retiraba su manos, ah... nuestras manos se han...

¡¡Agh!! Pero ¿¡en qué estoy pensando estos día?! ¿Acaso me he convertido en una chica de secundaria enamorada? Concentrate, concentrate.

-Ah, con que aquí estabas- me dí la vuelta a ver quien me hablaba.

-¿Chiaki? ¡Ay!- me sobé un poco la cabeza, me ha dado con un manga que seguramente ha confiscado.

-Para tí es Chiaki-sensei- dijo con orgullo- date prisa y cómete eso, se va a enfriar- me señaló el obento.

-Oh, casi se me olvida, gracias de nuevo, Hase.

-No hay de que- me sonrió.

¿Eh? Su sonrisa, está rara. Además, su mirada no es dirigida a mí sino a... ¿¡Chiaki?! Y este le corresponde.

Indeciso hasta la médula/ Yaoi/ Youkai ApartamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora